El medico del hospital Gemelli de Roma Sergio Alfieri, coordinador del equipo que atendió al papa Francisco, contó este jueves los últimos instantes de vida del pontífice: “Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos. Comprobé que no tenía problemas respiratorios e intenté llamarle pero no contestaba”, dijo y explicó que se decidió no llevarle al hospital porque su deseo era “morir en casa”.