La tarde del martes, todo Estados Unidos estaba atento a la decisión final del jurado que debía decidir si declaraba culpable al policía Derek Chauvin de matar intencionalmente al afroestadounidense George Floyd, lo que en efecto ocurrió.

Pero más allá de las celebraciones luego del anuncio, esto podría marcar una diferencia en el país norteamericano.

La indignación de la comunidad afroamericana de Minneapolis tras el fallecimiento de Floyd desencadenó una oleada de protestas en EE. UU. y en el mundo durante las semanas siguientes a su fallecimiento, con disturbios en distintas ciudades del país contra la violencia policial aplicada a los afroestadounidenses.

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Una de las primeras consecuencias visibles es que el Departamento de Justicia estadounidense anunció este miércoles que abrió una investigación civil sobre la legalidad de las prácticas de la Policía de Minneapolis. Lo anunció el fiscal general de EE. UU., Merrick Garland, según EFE.

Garland admitió que “no aborda problemas policiales potencialmente sistémicos”, por lo que esta investigación de la justicia estadounidense revisará “si hay uso excesivo de fuerza, discriminación y otros abusos”.

La frustración del caso Floyd se tradujo también en la llamada de sectores políticos para poner fin a la Policía en Estados Unidos tal y como se conoce hasta ahora, optando por un sistema más amplio, que incluya psicólogos y trabajadores sociales.

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Sin embargo, como decía un cartel afuera de la corte donde se desarrollaba el juicio de Floyd: “¿Cuántos otros (casos similares) antes no fueron grabados?”.

La chica de 30 años que lo llevaba dijo a El País que el juicio ayudó a demostrar lo ocurrido, aunque otras veces con imágenes de las cámaras de policías no se había actuado de esta manera.

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Shep Crawford, pastor de una iglesia en Los Ángeles que habló con el diario, la sociedad ha entendido después de muchos años que las vidas negras importan, pero que hay que seguir trabajando para que sus hijos no se sorprendan cuando se hace justicia.

Tras las repercusiones del caso Floyd, varios departamentos de Policía de diferentes ciudades de Estados Unidos han adoptado —o están en el proceso— nuevas políticas para reducir el uso de la fuerza. Incluso se han acercado a líderes locales, religiosos y comunitarios para abordar de mejor manera el tema.

Asimismo, el presidente Joe Biden ha dicho: “El racismo sistémico es una mancha en el alma de la nación”.

También ha mencionado varias veces que lo ejercen algunas fuerzas del orden, y que el Congreso debe convertir en ley el proyecto contra los abusos policiales, que ya pasó de la Cámara Baja al Senado.

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Esta ley, a la que se empieza a llamar Ley Floyd, haría más fácil enjuiciar a los policías que cometen abuso de sus funciones y uso indebido de la fuerza.

Para Biden, este es un momento de “cambio significativo” que no se puede desaprovechar.

“Con suerte, este es el principio de un punto de inflexión en nuestro país, y la gente que ha vivido estos traumas una y otra vez sabrá ahora que (los afroamericanos) tenemos la misma protección frente a la ley”, dijo Raphael Warnock, quien es el primer negro en representar al estado de Georgia en el Senado, recoge AFP.

Historia del caso

El asesinato de Floyd ocurrió el 25 de mayo de 2020, cuando Chauvin ahogó a Floyd al poner su rodilla sobre el cuello de la víctima por alrededor de nueve minutos.

Todo se dio porque Floyd había usado un billete falso de $ 20 y la policía lo detuvo. Pero al inicio no quiso entrar al vehículo de la policía, luego de lo cual Chauvin terminó poniendo su rodilla con todo su peso sobre la víctima y no la sacó pese a que varias veces esta dijo que no podía respirar. Transeúntes también pedían al policía que lo dejara, que ya no se movía, pero no accedió, mientras sus compañeros trataban de que nadie se acercara.

Chauvin, un veterano de 19 años del Departamento de Policía de Minneapolis, enfrenta un máximo de 40 años de prisión por el asesinato involuntario en segundo grado, 25 años por asesinato en tercer grado y 10 años por homicidio involuntario. En unas semanas se definirá su sentencia y cuánto tiempo pasará tras las rejas.

El hecho provocó protestas y muestras en contra de la injusticia racial y la brutalidad policial en todo el mundo. (I)