La historia de un joven secuestrado, un abuelo tacaño y una suma millonaria dominaron los titulares internacionales a inicios de los años setenta. Se trata de John Paul Getty III, nieto de John Paul Getty, el magnate del petróleo.

John Paul nieto tenía dieciséis años cuando fue secuestrado por la mafia mientras caminaba por la Piazza Farnese en Roma, Italia. La noche del 10 de julio de 1973 el adolescente no llegó a su casa y, tres días después, los secuestradores se comunicaron con su madre: “Tu hijo está con nosotros. Prepara 17 millones de dólares si quieres recuperarlo”.

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El joven también logró hablar con su madre, la ex actriz Gail Harris: “Querida mamá. Desde el lunes estoy en manos de unos secuestradores. No dejes que me maten”.

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Aunque Harris no contaba con el dinero que pedían los captores, el desgarrador mensaje de su hijo la llevó a pedirle ayuda al abuelo millonario del joven. Su instantánea negativa fue motivo de sorpresa para la familia. “Tengo 14 nietos. Si pago un rescate, tendré 14 nietos secuestrados”, dijo el patriarca en un comunicado.

Y es que John Paul Getty desaprobaba de la vida bohemia que llevaba su nieto, apodado “El Hippy de Oro”. Por su cabello largo, su cercanía con la cocaína y su expulsión de ocho escuelas privadas, su familia paterna no tomaba en serio su secuestro.

John Paul Getty III

Cuando le fue enviado a un diario italiano un sobre con una oreja y un mechón de pelo de John Paul, el avaro abuelo se conmovió de su nieto, que ya llevaba cinco meses en cautiverio y había cumplido diecisiete años en ese tiempo.

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Una foto del joven sin oreja también llamó la atención de los medios y contribuyó a que finalmente la familia pagara su rescate, que bajó a la cifra de tres millones de dólares.

John Paul Getty III fue liberado el 15 de diciembre de 1973, el mismo día del cumpleaños ochenta y uno de su abuelo. Medoreaba en una carretera de Roma y fue llevado junto a su madre, quien le pidió que llamara a su abuelo para agradecerle el rescate. El magnate se negó a contestar su llamada.

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La vida antes y después del secuestro

El adolescente nunca vivió como un afortunado heredero. Su abuelo fue desheredado por su padre en su juventud, pues creía que los hijos no debían recibir dinero cuando ya tuvieran edad de valerse por sí mismos, así que toda su fortuna fue amasada por su propia cuenta. Este modelo de crianza lo aplicó también lo aplicó con su descendencia, incluyendo al papá de John Getty III.

Aunque John Paul II estuvo a cargo del imperio familiar en Italia por un tiempo, abandonó a la empresa y a su familia para vivir con la actriz holandesa Talitha Pol. A sus cuatro hijos, que quedaron al cuidado de Gail Harris, les enviaba una modesta pensión.

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El joven Paul creció a la sombra de su familia, desafiando los pasos del millonario John Paul Getty. No lo sabía en ese momento, pero su secuestro fue el primero de una serie de tragedias que marcarían su futuro.

Un año después de su captura, Paul se casó con su novia alemana, Gisela Martine Zacher, de 24 años. Esta decisión enfureció al anciano magnate, quien le quitó para siempre el acceso a la fortuna familiar.

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Deprimido, Paul se mudó a Los Ángeles y se refugió en el alcohol y las drogas, cosa que casi lo lleva a su muerte en 1981. Ya su abuelo había muerto, pero su padre seguía vivo y se negó a pagar los gastos médicos del ataque cerebral que lo dejó paralizado y casi ciego. Fue por la intervención legal de su madre que John Paul II asumió la factura.

Tras el fracaso de su matrimonio y su estado de salud, Paul regresó a vivir con su madre, Gail Harris, en Italia. Antes de su muerte en el 2011, se encontraba viviendo en una propiedad de su padre en Inglaterra.

John Paul Getty III. Foto: Getty

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