“Si bebes, no conduzca”, este es el mensaje que se podría asegurar que en todos los países se ha dicho, convirtiéndola en una ley ‘universal’. Las consecuencias de no respetarla pueden derivar la muerte de un tercer o propia. Esta vez no fue el caso, pero sí desencadenó un nuevo problema y la principal implicada es una ciudadana ecuatoriana de 23 años.