La emergencia sanitaria causada por el virus del COVID-19, que dejó al menos 20 millones de muertos en todo el mundo, fue nombrada una pandemia en marzo del 2020 por la Organización Mundial de la Salud. Este viernes, tres años después, el mismo director de la organización anunció finalmente el fin de la emergencia internacional.

“Con gran esperanza, declaro que el COVID-19 ha terminado como una emergencia sanitaria mundial”, dijo en una rueda de prensa Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director de la OMS.

Publicidad

Los funcionarios de la OMS dicen que el virus sigue siendo una amenaza y que la pandemia persiste. Si bien el virus representa una amenaza mínima para el mundo desarrollado, sigue siendo un peligro en otras áreas.

Sin embargo, eso no significa que el COVID-19 haya terminado como una amenaza para la salud mundial, afirmó Tedros. “Lo peor que cualquier país podría hacer ahora es usar esta noticia como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su gente de que el COVID-19 no es motivo de preocupación”, explicó.

Publicidad

¿Fin de la pandemia?

La pandemia de COVID ya no es una emergencia mundial, según los líderes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un momento simbólico de que el reinado del virus en el mundo está cerca de su fin.

La organización declaró el brote de coronavirus como una emergencia de salud pública de interés internacional en enero de 2020, unas seis semanas antes de caracterizarlo como una pandemia.

La pandemia, que desencadenó bloqueos que alguna vez fueron impensables, trastornó la economía mundial y mató al menos a 7 millones de personas en todo el mundo.

Según el director de la OMS, es hora de que los países hagan la transición del modo de emergencia a la gestión del COVID-19 junto con otras enfermedades infecciosas.

“En un nivel, este es un momento de celebración. Hemos llegado a este momento gracias a la increíble habilidad y dedicación desinteresada de los trabajadores de la salud y los cuidados”, continuó Tedros.

Pero, “en otro nivel, este es un momento de reflexión. El COVID-19 ha dejado, y continúa dejando, profundas cicatrices en nuestro mundo”, remarcó el médico. “Esas cicatrices deben servir como un recordatorio permanente del potencial de aparición de nuevos virus, con consecuencias devastadoras”, añadió.

La OMS tomó la decisión de reducir su nivel más alto de alerta el viernes, luego de convocar a un grupo de expertos el jueves.

Al 3 de mayo, el cuadro de indicadores de la OMS mostraba poco menos de 7 millones de muertes registradas oficialmente, pero el jefe de la organización cree que el número de víctimas mortales real es tres veces mayor. (I)