Asís se prepara para acoger un acontecimiento de enorme relevancia espiritual. Con motivo del octavo centenario de la muerte de San Francisco de Asís, en 2026 su cuerpo será expuesto al público por primera vez en ocho siglos, en un gesto que pretende renovar la fe y la esperanza de millones de creyentes.

El anuncio oficial se realizó el 4 de octubre, día del santo patrono de Italia, desde la logia de la Basílica de San Francisco, ante miles de personas. Se confirmó que entre el 22 de febrero y el 22 de marzo de 2026, los restos del Poverello serán trasladados desde la cripta donde reposan y colocados al pie del altar papal en la iglesia inferior de la basílica.

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Más que un acto religioso, la exposición busca convertirse en una experiencia espiritual universal. “Ver el cuerpo de San Francisco no es contemplar un símbolo del pasado, sino el testimonio vivo de una vida entregada al Evangelio”, explicaron los organizadores franciscanos.

La iniciativa, aprobada por el papa León XIV a través de la Secretaría de Estado, forma parte de los Jubileos Franciscanos y busca redescubrir los valores que inspiraron al santo: pobreza, fraternidad, servicio y alabanza al Creador.

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Tras la muerte de San Francisco en 1226, su cuerpo fue ocultado para evitar profanaciones y no fue hallado hasta 1818, después de una larga búsqueda. Diversas verificaciones confirmaron la autenticidad y buen estado de conservación de las reliquias.

Durante ese mes, la basílica se convertirá en el corazón espiritual del mundo, con una afluencia masiva de peregrinos procedentes de todos los continentes. Para garantizar una experiencia ordenada y de recogimiento, se implementará un sistema gratuito y obligatorio de reservas a través del portal www.sanfrancescovive.org, disponible en varios idiomas.

La veneración podrá realizarse de dos maneras: en grupos guiados por frailes franciscanos, con una breve meditación en el idioma de los participantes, o de forma individual y en silencio, para favorecer un encuentro más personal. Al final del recorrido, se celebrará un rito litúrgico y se entregará a los fieles un recuerdo del evento.

También se han previsto itinerarios adaptados para personas con discapacidad y dos misas internacionales diarias en la iglesia superior, además de celebraciones comunitarias para familias, religiosos y sacerdotes franciscanos.

“Esta exposición no es una simple muestra de piedad popular”, explicó el fraile Giulio Cesareo, director de comunicación de la basílica. “Es una llamada a redescubrir el valor del don, la fuerza transformadora del amor entregado y la posibilidad real de la santidad en la vida cotidiana”. (I)