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Comunidad de afganos en Ecuador denuncia que no se ha recibido a ningún refugiado bajo la ‘visa violeta’

Unos 150 afganos buscan traer a sus familiares que escaparon del régimen taliban, pero aseguran que hay ‘silencio administrativo’ en la Cancillería.

La comunidad afgana, que tiene más de tres décadas de historia en Ecuador, asegura que no ha hecho otra cosa que aportar al desarrollo del país y reitera que su anhelo es unicamente que sus familiares obtengan las visas ya que tienen dónde llegar y no representarían un gasto para el Estado. Foto: CORTESÍA

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El Gobierno de Ecuador, un país con una larga tradición de acoger a refugiados, anunció el 22 de octubre pasado la implementación con carácter temporal de la ‘visa violeta’ para los ciudadanos afganos víctimas del conflicto que atraviesa su país tras el regreso de los talibanes. Pero la comunidad de afganos que reside en Quito denuncia que hasta el momento no se ha tramitado ningún visado de este tipo, en el que sus familiares, unos 200 afganos, están interesados.

Hasibullah Habib, miembro de esta comunidad de unas 150 personas, busca traer a parte de su familia paterna que consiguió escapar del régimen talibán que volvió a tener el dominio de Afganistán desde el 15 de agosto pasado, provocando que decenas de miles de personas huyeran del país.

Habib, quien reside desde 2015 en Quito, cuenta que desde el 20 de agosto empezó la gestión para poder ayudar a sus familias a venir a Ecuador y que cuando se anunció la implementación de este visado, fue una noticia esperanzadora para la cual gestionaron de inmediato reuniones con funcionaros de la Cancillería para facilitar información de sus familiares y todo parecía positivo.

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No obstante, dice que cuando hubo el cambio de autoridades en la entidad en septiembre, tuvo que prácticamente volver a iniciar todo el proceso, pero que no consiguieron avances, más vale resalta que se encontró con actitudes discriminatorias de ciertos funcionarios de la cartera y muestras de desinterés hacia el tema.

”Me reuní y el funcionario me cuestionó que por qué no regreso a mi país, le dije que tengo el estatus de refugiado y también que lo que está pasando en Afganistán no es culpa del Gobierno ecuatoriano”, cuenta Habib, y dice que desde ahí se congeló el proceso.

La comunidad de afganos en Ecuador mantiene constantemente plantones frente al Palacio de Carondelet. Foto: CORTESÍA

Ante la falta de información por parte de la Cancillería, la comunidad inició una campaña para pedir que se habiliten las “visas violetas”, aprobadas a través del acuerdo ministerial 0000146 y, a la vez, una petición por medio de change.org para visibilizar el problema y buscar apoyo, para lo cual mantienen constantemente plantones frente al Palacio de Carondelet.

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El afgano Hamayon Zarjan rechaza también el silencio administrativo hacia la comunidad afgana con el que se han encontrado por parte de las autoridades competentes y dice que su único anhelo es que su familia se pueda juntar con él en Ecuador, donde reside desde hace doce años, se casó y obtuvo la nacionalidad ecuatoriana.

El afgano Hamayon Zarjan reside desde hace doce años en Ecuador, aquí se casó y obtuvo la nacionalidad ecuatoriana. Foto: CORTESÍA

Menciona que tampoco es una opción para él ni para su familiar el regresar a Afganistán.

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“Ni yo ni mi familia podemos regresar en Afganistán porque nos quitaron todo los talibanes. No hay camino ni forma de regresar a Afganistán para mi familia, que solo tiene la esperanza de llegar y juntarse conmigo en Ecuador”, subraya.

La situación de Afganistán es alarmante. Según un informe de Naciones Unidas, 18,4 millones de personas en Afganistán necesitan asistencia humanitaria. Uno de cada tres afganos pasa hambre; el 75 % de los necesitados son mujeres y niños.

Mohammad Saber Haidari, de 28 años, es otro de los ciudadanos afganos que residen en Ecuador; en su caso, desde hace dos años, y pide la visa violeta para sus hermanos que se encuentran en situación de vulnerabilidad por el conflicto.

“La visa violeta es la única opción de salvar a mis hermanos, no estamos seguros si mañana sea tarde para salvarlos. Nosotros no aceptamos el régimen de los talibanes porque no reconocen el derecho humano y somos seres humanos y merecemos dignidad, paz y libertad”, apunta.

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Mohammad Saber Haidari, de 28 años, pide la visa violeta para sus hermanos que se encuentran en situación de vulnerabilidad por el conflicto. Foto: CORTESÍA

La visa violeta, que no tiene costo, fue anunciada en octubre como un permiso de estadía que habilita a la persona que la porta a residir en Ecuador por un año sin renovación; después del año la persona refugiada podrá regularizar su situación o viajar a otro lugar para continuar su proceso migratorio, algo que preocupa a los afganos en Ecuador, principalmente porque creen que luego que se cumpla un año del anuncio ya sea suspendida y nadie haya podido aplicar.

Carmen Gómez, académica experta en migraciones y parte del colectivo de Corredores humanitarios, indica que es importante que se mire a este tema con cautela, ya que el Ecuador tiene un largo historial de otorgar visas humanitarias que después perpetúan la irregularidad de personas desplazadas en el país.

Hasta antes del conflicto los ciudadanos afganos en general ya tenían impuesto el requisito de visado desde el 3 de septiembre de 2010, que se encuentra vigente. En Ecuador, 186 afganos han recibido el estatus de refugiados desde 1989 hasta 2021.

La Cancillería informó en su momento que las Direcciones Zonales del Ministerio de Relaciones Exteriores serían las encargadas de la recepción y trámite de las solicitudes de los ciudadanos afganos que deseen ingresar y permanecer en el Ecuador.

“Quiero pedir a todos los hermanos ecuatorianos que nos apoyen a que venga mi familia, no les veo desde hace doce años y quiero que sea pronto, antes que les pase algo”, lamenta Zarjan, mientras Mohammad enfatiza que se siente “parte de la sociedad ecuatoriana” y quiere que el pueblo los apoye a que sus familias “tengan los mismos derechos” de los que ellos gozan en Ecuador.

Por su parte, Habib dice que en estos años la comunidad afgana, que tiene más de tres décadas de historia en Ecuador, no ha hecho otra cosa que aportar al desarrollo del país y manifiesta que han brindado apoyo en las diferentes tragedias o emergencias que se han presentado como el terremoto de 2016 o el reciente aluvión en La Gasca.

Refiere que todos los afganos que decidieron emigrar a Ecuador o buscar refugio poseen negocios legales vinculados al comercio, como importaciones, restaurantes y han salido adelante, por lo que reitera que su anhelo es únicamente que sus familiares obtengan las visas ya que tienen donde llegar y no representarían un gasto para el Estado.

“Nunca en treinta años el Gobierno ecuatoriano nos ha escuchado, ni hemos recibido algún tipo de apoyo, ni lo habíamos pedido, pero ahora es diferente hay vidas en peligro y esas personas no escogieron eso, solo pedimos que otorguen la visa, ya estamos contra el tiempo, nos sentimos burlados por la Cancillería”, añade Habib. (I)


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