El Jardín Qianlong reabrió sus puertas al público el pasado 30 de octubre durante las celebraciones por el centenario de la apertura del Museo del Palacio en China. La pequeña sección, ubicada en la Ciudad Prohibida, generó atención multitudinaria tras reabrir por primera vez en un siglo.
El complejo, construido de forma definitiva en 1770, permaneció cerrado durante un siglo y su reconstrucción y restauración se desarrolló durante 25 años gracias a un acuerdo entre los administradores del museo y el Fondo Mundial de Monumentos.
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La estructura del jardín, nombrado en honor al emperador Qianiong que gobernó entre 1735 y 1796, se encuentra ubicado junto a otro sitio turístico popular del complejo. Cuenta con 6000 metros cuadrados y una puerta discreta es reflejo del deseo del emperador de convertir el lugar en refugio.
La Ciudad Prohibida sufrió graves daños durante el siglo XX. Tras la expulsión de Puyi en 1925, último emperador de China, la estructura se mantuvo cerrada al público y fue ocupada por oficinas y autoridades gubernamentales, muchos de los patios eran ocupados como almacenes de basura.
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Las obras más importantes para la renovación del Museo de Palacio iniciaron en el año 2002 tras una reunión del Consejo de Estado, gabinete chino, en el lugar. Al momento del anuncio, menos de un tercio del complejo estaba abierto al público.
El acuerdo de cooperación entre las entidades encargadas de la restauración estimó un costo cercano a los 18 millones de dólares. Tras su reapertura total, se espera que el Salón del Cultivo Mental Yangxindian, otro de los lugares emblemáticos de los Qing, reabra sus puertas tras finalizar su restauración en 2018. (I)