En medio de cinco investigaciones que podrían condenarlo a prisión, regresó el expresidente Jair Bolsonaro a Brasil. El antigüo mandatario salió del país luego de perder las elecciones contra el izquierdista Lula da Silva, el pasado 30 de diciembre, y no estuvo presente para su posesión.

Bolsonaro arribó al aeropuerto de Brasilia este jueves, en un vuelo con origen en Orlando, Florida. Previamente, en el aeropuerto de Estados Unidos, aseguró que pretende “recorrer Brasil, hacer política” y “mantener en pie la bandera del conservadurismo”, pero no piensa encabezar ninguna oposición.

A pesar de sus declaraciones, Bolsonaro se ha convertido en una posible figura opositora del nuevo gobierno. De hecho, la investigación más reciente que enfrenta lo apunta como instigador del asalto a los tres poderes de Brasil el 8 de enero, apenas una semana después de que Lula asumiera el mandato de Brasil.

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Si resultara condenado, se le podría prohibir disputar elecciones por ocho años, dejándolo fuera de los comicios de 2026.

En preparación para su llegada, las autoridades del aeropuerto de Brasilia reforzaron la seguridad de la terminal aérea, donde lo esperaban cientos de seguidores.

También podría restringirse el acceso a la Explanada de los Ministerios, escenario del asalto al poder por parte de simpatizantes del expresidente, vaticinó Sandro Avelar, secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal.

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Jair Bolsonaro asumirá la próxima semana la presidencia honoraria del Partido Liberal, formación mayoritaria en la Cámara de Diputados (99 de 513 diputados) y segunda fuerza en el Senado.

“La derecha se aglutina cada vez más”, advirtió el exmandatario, advirtiendo que “no puede haber colaboración” con el gobierno de Lula. En su nuevo puesto como presidente honorario, Bolsonaro ganará un salario mensual de 41.600 reales (unos 8.000 dólares), según la asesoría de comunicación del PL.

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En los cuatro años de gobierno (2019-2022) de Jair Bolsonaro, su administración quedó marcada por escándalos y crisis, desde la desastrosa gestión de su gobierno de la pandemia del covid-19 hasta sus acusaciones sin pruebas de fraude electoral. (I)