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Exterior de la cárcel en la que cumple condena el opositor ruso Alexei Navalni, en la región de Vladimir. Foto: EFE

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Este jueves las autoridades rusas se enrocaron en respuesta a las manifestaciones en el país y las peticiones internacionales de libertad para el líder opositor Alexéi Navalni, quien desde hace 23 días se encuentra en huelga de hambre en prisión.

La Defensora del Pueblo de Rusia, Tatiana Moskalkova, antigua general de Policía, intentó disipar los crecientes temores por el estado de salud de Navalni y aseguró que es “satisfactorio”.

"Las condiciones de detención y asistencia médica a Navalni cumplen con la legislación vigente de la Federación Rusa y los estándares internacionales", escribió Moskalkova en una carta a la secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic Buric.

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Expertos de la ONU en derechos humanos alertaron ayer, miércoles, de que las condiciones en que se encuentra Navalni, pueden equipararse a la tortura en instalaciones que no cumplen con los estándares mínimos internacionales.

A su vez, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) aprobó este juves una resolución en la que llamó a Rusia a poner en libertad de inmediato a Navalni, y en todo caso antes de la próxima reunión sobre derechos humanos que celebrará en Comité de Ministros del Consejo en junio próximo.

La PACE recomendó al Comité de Ministros emplear "todos los resortes necesarios" para conseguir la excarcelación del líder opositor ruso.

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En tanto, el Kremlin se rehusó a comentar las manifestaciones que tuvieron lugar el miércoles en un centenar de ciudades de Rusia para exigir atención médica adecuada para Navalni y su puesta en libertad, en las que fueron detenidas casi 1.800 personas.

"No vemos motivos para expresar nuestra valoración. Es más un tema de las fuerzas del orden, de Interior. No tengo conocimiento de manifestaciones en régimen legal", dijo el portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.

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Insistió en que todo lo relativo a la situación de Navalni es un asunto del Servicio Federal Penitenciario de Rusia (FSIN) y no está en la agenda del Kremlin.

Protestas exceden expectativa

Pese al endurecimiento de las leyes contra las manifestaciones no autorizadas, la respuesta a la convocatoria opositora a favor de Navalni excedió la expectativas de sus organizadores.

"La gente ha salido a la calle porque es imposible observar en silencio cómo matan lenta y cínicamente a una persona a la vista de todo el mundo", comentó hoy en su blog el político opositor Iliá Yashin.

Destacó que pese al cierre y el bloqueo de plazas "salió tanta gente que coparon el centro de las grandes ciudades, eludiendo los cordones policiales".

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Según las autoridades rusas, las marchas opositoras reunieron a poco más de 14.000 personas en todo el país, pero los compañeros de Navalni declararon que estas cifras en realidad hay que multiplicarlas por diez.

Si en la capital rusa los detenidos fueron una treintena, en San Petersburgo, la segunda ciudad del país, las detenciones fueron más de 800 y con violencia, incluso con el empleo de bastones eléctricos.

Respuesta policial y eleccines

"En Moscú la policía se comportó como si la manifestación hubiera estado autorizada", dijo la politóloga Yekaterina Shulman en declaraciones a la radio Eco de Moscú, al destacar que la fuerzas antidistubios no cargaron, como en ocasiones anteriores, contra los opositores.

Para el analista independiente Abbas Gallyamov, una de las lecciones más importantes de la pasada campaña municipal en Moscú consiste en que "la oposición a la que expulsan de las calles después acude a las urnas".

"Recuerdo que entonces las autoridades de la capital perdieron la mayoría de los distritos, y eso que no fueron registrados (candidatos) opositores realmente fuertes", escribió Gallyamov en Facebook.

En su opinión, la proximidad de las elecciones parlamentarias, que se celebrarán en septiembre, "ha obligado al Kremlin a moderar el ímpetu de las fuerzas de seguridad", ya que "allí entienden que es mejor no dar motivos para la indignación de la gente".

"El 21 de abril hubo menos violencia y brutalidad policial en comparación con la protestas de los partidarios de Navalni en enero y febrero, pero las medidas drásticas de las autoridades contra la libertad de reunión son completamente injustificadas", señaló hoy Human Rights Watch en un comunicado.

De acuerdo con las autoridades penitenciarias y sus abogados, Navalni, que exige ver a sus médicos de confianza se encuentra en un hospital para presos, donde recibe suero y un tratamiento con vitaminas.

El político, de 44 años, tiene una doble hernia y una protusión discal, y ha perdido 16 kilos de peso desde que en febrero pasado ingresó en prisión, en febrero pasado. (I)

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