Antony Blinken, el Secretario de Estado de Estados Unidos, y otros altos funcionarios, visitaron México durante la semana de Navidad para reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador y tener conversaciones de emergencia sobre la migración.
López Obrador, escribió tras la reunión en X, antes Twitter, que “se lograron importantes acuerdos en beneficios”, subrayando que “ahora más que nunca es indispensable la política de buena vecindad”, sin dar más detalles.
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Según un vocero estadounidense, el presidente mexicano habría informado a Blinken sobre los avances en materia de migración que están tomando, como la lucha contra los traficantes de migrantes entre fronteras.
“Quedamos realmente impresionados por algunas de las nuevas acciones que está tomando México, y hemos visto en los últimos días una reducción bastante significativa en los cruces fronterizos”, declaró el funcionario a los periodistas.
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La situación migratoria
López Obrador reconoció que los esfuerzos para detener el paso de personas indocumentadas a Estados Unidos no se resolvería solo con medidas de seguridad.
“La gente abandona sus ciudades por necesidad y hay muchas crisis económicas y sociales en el mundo”, afirmó el mandatario antes de la reunión, señalando que la solución sería la creación de empleo.
El número de personas que buscan ingresar a Estados Unidos sin autorización se había disparado este mes a alrededor de 10.000 por día, casi el doble que antes de la pandemia.
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Pocos migrantes son mexicanos, la mayoría desde hace muchos años son originarios de Centroamérica, devastada por la pobreza extrema, la violencia desenfrenada y la mala cosecha, empeorada por el cambio climático.
También ha habido un aumento en los inmigrantes procedentes de Haití, azotado por la violencia de las pandillas y la falta de un gobierno que funcione, y Venezuela, donde los productos básicos han escaseado después de años de caos económico.
México, en virtud de acuerdos tanto con Biden como con su antecesor republicano, Donald Trump, ha aceptado, al menos temporalmente, acoger a migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos.
La importancia de conversar sobre la cuestión migratoria se ha intensificado en los últimos meses, mientras que Estados Unidos entra a un año electoral y el presidente Joe Biden intenta ejercer sus últimas medidas.
El rival Partido Republicano presiona a Biden para que adopte medidas enérgicas contra la inmigración a cambio de aceptar en el Congreso una de sus prioridades clave: el apoyo a Ucrania.
La administración de Biden advirtió que sin un acuerdo, Ucrania pronto se quedará sin las armas necesarias para repeler la invasión rusa de casi dos años, y el miércoles anunció su paquete final de armas bajo la autorización existente. (I)