Los diez países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) advirtieron este miércoles que el despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe, que incluye -denuncia el bloque- el envío de “buques de guerra y submarinos nucleares”, pone en riesgo la estabilidad de la región.

En un comunicado, la organización expresó que esta acción representa una “seria amenaza a la paz y a la seguridad de la región” y que constituye una “violación” de los compromisos suscritos en el Tratado de Tlatelolco de 1967, que declaró a América Latina y el Caribe como zonas libres de armas nucleares.

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Para la alianza, “estas maniobras militares ofensivas, (...) lejos de intimidar a los pueblos, son un impulso para redoblar los esfuerzos por la integración, la cooperación y el dialogo pacífico”.

“La Alianza Bolivariana exige el cese inmediato de esta política hostil y el respeto pleno a la soberanía e independencia de los Estados de América Latina y el Caribe”, manifestó la ALBA, integrada por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada, Santa Lucía y Venezuela.

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El martes, el Gobierno venezolano, a través de su misión permanente ante la ONU, alertó de que EE.UU. planea enviar “un crucero lanzamisiles” y “un submarino nuclear de ataque rápido” a sus costas la próxima semana, entre otros “buques de guerra” desplegados en el mar Caribe, como parte, señaló, de las “acciones hostiles” de la Administración de Donald Trump.

Esto, según la misión, representa “una grave amenaza a la paz y la seguridad regionales”.

Por tanto, exigió “el cese inmediato del despliegue” y reclamó “garantías claras y verificables” de EE.UU. “de que no desplegará ni amenazará con usar armas nucleares” en América Latina y el Caribe.

Venezuela también anunció el martes un despliegue de buques de “mayor porte” en sus aguas territoriales para combatir el narcotráfico.

Una semana atrás, EE.UU. advirtió que está preparado para “usar todo su poder” para frenar el “flujo de drogas” hacia su territorio, lo que incluye el envío de buques y soldados a aguas cercanas a la nación suramericana.

Washington duplicó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien el país norteamericano acusa de “violar las leyes de Estados Unidos sobre narcóticos” (I)