A Pamela Cortés, reconocida cantante ecuatoriana, le emociona ver a la nueva generación de cantantes artistas ecuatorianas que se están abriendo espacio en la industria actual.

Considera que las cosas han cambiado desde que ella empezó su carrera, y ahora las artistas pueden ser más flexibles en cómo se manejan, pues las redes les permiten hallar nichos entre la audiencia.

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Cortés será panelista del segundo foro ‘Mujeres que rompen paradigmas’, organizado por Diario EL UNIVERSO, que tendrá lugar en el Aula Magna de la Universidad Espíritu Santo (UEES) el próximo 27 de marzo a las 10:00.

Foro de mujeres

El primer foro, realizado en agosto de 2024 en la misma sede, contó con la participación de panelistas como la ministra de la Mujer, Arianna Tanca, Mónica Fistrovic Brush, primera mujer CEO de Latam Airlines Ecuador, y Lisseth Ayoví, halterista olímpica ecuatoriana y medallista a distintos niveles internacionales, entre otras.

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En entrevista, Cortés habla sobre cómo ha cambiado el panorama artístico para las mujeres, necesidad de políticas públicas que apoyen a hombres y a mujeres por igual en el ámbito cultural, y la academia musical que abrió recientemente junto a su esposo, el compositor y ex director de la Orquesta Filarmónica Municipal de Guayaquil, David Harutyunyan.

¿Cómo ha cambiado la industria musical para las artistas que recién empiezan en comparación a cuando usted estaba empezando?

Ha cambiado bastante. Antes se veían muchos más hombres, lo cual no estaba mal, solamente estoy contando cómo eran las cosas. Era más común ver a los grupos de chicos, a los solistas hombres, y las mujeres, aunque si habían varias, no era la misma cantidad.

Tal vez la industria presionaba a las mujeres un poco en la cuestión de que tenían que verse de cierta forma, o seguir tales parámetros. Creo que hoy las cosas son un poco distintas, y ya cada artista puede ser más real cuando sale, más verídica, más libre en su forma de expresarse.

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Si quiere seguir ciertos parámetros estéticos lo puede hacer, y si no no, y está bien, y la van a querer igual, va a tener un público, un nicho para eso. ¿Por qué? Porque las redes sociales también son las que nos están ayudando a encontrar un público para ti, que te quiere como eres.

Eso es lo que me encanta ver en los últimos años, ves a Dayanara, a Mar Rendón, a Andreína (Bravo), a Naíza, muchas artistas espectaculares que son relativamente nuevas.

¿Le pasó que la hayan intentado imponer parámetros como de los que habla?

Sí, algunas veces a lo largo de mi crecimiento, de mi carrera. Siempre fui muy firme para decir que no, entonces claro, dejé pasar muchas oportunidades importantes, pero me mantuve firme en mis convicciones. Son decisiones que uno toma en la vida.

¿Qué obstáculos únicos enfrentó en su carrera por ser mujer?

Yo antes pensaba que solo las mujeres podían ser cosificadas. Hace muchos años pensaba que éramos solo a nosotras a las que nos hacían propuestas fuera de lugar, cambio de algo, de llegar lejos, o de un puesto, de nominarnos en algo. Con los años me di cuenta que no, que a los hombres también les llegaban exactamente las mismas propuestas.

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Yo creo que en todos los mercados desgraciadamente ocurren cosas buenas y malas, y depende de nosotros ver hacia dónde queremos llegar, qué es lo que tomamos y qué dejamos pasar.

¿Qué apoyos tiene la mujer en el panorama cultural?

Espero no estar hablando desde la ignorancia, pero me parece que no hay algo específicamente para la mujer, hablando de alguna ley, no existe. Pero si me preguntas, yo no estaría de acuerdo en que haya una ley específicamente para el desarrollo cultural de las mujeres, no. Yo estoy de acuerdo en que hayan leyes claras, que se socialicen, para toda la industria, hombres, mujeres, quien sea. Nuestro país ha avanzado en los derechos artistas (...) pero no es suficiente.

¿Cómo nació la idea de la academia Luciérnaga?

Es un sueño que yo tenía desde hace muchos años. A lo largo de los años lo fui contagiando a David (Harutyunyan). El año pasado me dijo que lo hagamos, luz verde, absoluta confianza, ahora sí lo hacemos.

Antes David trabajó en este proyecto que creó para la ciudad cuando trabajaba en el Municipio (de Guayaquil), cuando fue director de la Unidad Filarmónica Municipal. Él creó estos espacios públicos donde se lograron muchos cambios en jóvenes, niños y adultos a través del arte. El año pasado ya decidimos hacerlo de forma privada. (I)