Era la madrugada del pasado 13 de noviembre cuando una pareja transitaba por el carril interno de Mucho Lote 2, a pocos metros de la autopista Narcisa de Jesús, en el norte de Guayaquil.

Iban en un carro negro cuando fueron víctimas de un ataque armado. El hombre tenía 24 años y de la mujer no hubo registros de su edad, pero ambos eran jóvenes.

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Cuando ocurrió ese ataque, la pareja bajó del vehículo. Corrió, pero fueron atropellados y recibieron impactos de bala.

‘Me quieren enrolar en el sicariato y sí me atrae ese mundo porque me ofrecen sexo, drogas y rock and roll’, esta es la historia de un adolescente que murió en las calles de Guayaquil

El deceso de ambos fue al instante y es considerado como homicidio, la causa de fallecimiento que creció en 234 % entre el 2021 y 2022, según datos del Registro Estadístico de Defunciones Generales 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En el 2021 hubo 1.332 agresiones, que el INEC las considera como homicidios. Estas ocupaban la décima posición entre las causas de defunciones a nivel nacional, pero en 2022 cerró en 4.451, llegando al cuarto lugar. Esto se debe al aumento de la delincuencia y crimen organizado, resalta Gerardo Cabrita, médico general.

“La población está expuesta al riesgo ambiental y socioeconómico como consecuencia de la crisis y otros factores externos que limitan la vida de la población joven”, dice Cabrita.

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Los datos del INEC reflejan que la mayoría de estas muertes por homicidio en el 2022 se dieron en personas entre 30 y 64 años con 2.244 defunciones y en el rango de 18 a 29 años con 1.933. En tercer lugar son entre los 5 a 17 años (niños y adolescentes) con 162 muertes.

En este año, desde el 1 de enero al 18 de octubre hubo 6.044 muertes violentas, según el Ministerio del Interior. Es decir, ya supera a las del 2022.

Al menos cinco muertes violentas se registraron en zonas del sur y norte de Guayaquil entre sábado y domingo

“Hay un aumento de la violencia en las calles que terminan en asesinatos, cruces de cuentas entre pandillas. Acompañado de una población donde la salud mental no es prioridad, e incluso desencadena en suicidios”, dice Esteban Arce, médico salubrista y epidemiólogo.

Sin embargo, esta es solo una de las razones de los fallecimientos. La principal, que se ha mantenido y cuyo aumento ha sido leve, son las enfermedades isquémicas del corazón con 13.508 defunciones en el año anterior. En 2021 hubo 13.129.

El 55,14 % de los decesos con esa causa son hombres y el 44,86 % comprende a mujeres. “La mayoría de la población envejece y aumenta el riesgo de causas cardiovasculares de muerte”, afirma Cabrita y añade que estas se manifiestan más en un infarto al miocardio.

“Que muchas veces es secundario a algunos factores prevenibles como dejar de fumar, mejorar la dieta y estilo de vida; disminuir el consumo de alcohol y grasas; practicar actividad física y bajar el estrés. Además de mantener el tratamiento adecuado y en las metas de control de presión arterial, lípidos, glicemia y otros factores que empeoran el riesgo cardiovascular”, explica Cabrita.

Estas enfermedades isquémicas del corazón se registraron más en mayores a 65 años con 10.571 decesos. Y una importante cifra entre los 30 y 64 años con 2.732 fallecimientos.

La bisabuela de María Vélez falleció por esta razón. Tuvo un infarto agudo de miocardio, además de insuficiencia respiratoria aguda. El deceso de su familiar no fue sorpresivo, puesto que su bisabuela tenía más de un mes de recaída.

En cambio, su bisabuelo Isidro falleció por diabetes mellitus, la segunda causa de defunciones en el país. En este caso no pudo realizar un tratamiento para la enfermedad de su familiar porque estaba avanzada.

En el 2022 hubo 5.051 fallecimientos por diabetes mellitus y en 2021 fueron 5.564, es decir, disminuyó en un 10,15 %.

En las mujeres representa la segunda causa de fallecimiento con el 6,9 % y en los hombres es la quinta con el 4,6 %.

Esta enfermedad, en los adultos mayores a los 30 años, es una de las principales causas de muerte con 5.014 defunciones.

“La diabetes es un trastorno metabólico que depende en gran parte de un buen control tanto con la dieta balanceada como la medicación oportuna. Si uno de estos pilares falla es más probable que se manifiesten las complicaciones micro y macrovasculares de la diabetes, entre los que están el riesgo de ECV (enfermedades cardiovasculares)”, cuenta Cabrita.

Por eso Arce, quien además es docente de la Facultad de Ciencias de la Salud en UISEK, hace énfasis en la enseñanza y en la práctica de actividad física desde niños porque a esta edad también hay casos de diabetes.

“Debemos educar a los niños y niñas a comer saludablemente e incorporar en su día actividades deportivas. Debemos dejar de premiar con dulces, evitar acostumbrar a beber calorías ya que esos son hábitos que los sembramos desde niños y los cultivamos de adultos, a través de enfermedades crónicas no transmisibles”, explica Arce.

En tanto, las enfermedades cerebrovasculares son otras de las causas comunes de muerte. En 2021 fueron 5.099 y en 2022 bajaron un poco, a 4.970.

En todas las edades es la tercera causa de defunción en las mujeres con el 6,2 % y la cuarta en los hombres con el 5 %.

En las personas mayores a 65 años es la segunda razón de fallecimiento con 3.575 personas; entre 30 y 64 años es la quinta causa con 1.272 muertes. Y mientras más joven más alejada está la cifra porque en el rango de 18 a 29 años es la décima causa con 87 muertes.

“Hay que mejorar estilos de vida. Culturalmente el plato ecuatoriano contiene un alto porcentaje de carbohidratos, a esto se acompaña el sedentarismo y sumado el estrés. Con estos ingredientes, tenemos la fórmula mágica para desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes y la hipertensión. Hay que controlar nuestros niveles de azúcar en sangre, de colesterol y triglicéridos y monitorear la presión arterial”, sugiere Arce.

Cabrita agrega que lo ideal es tener una vida equilibrada.

Más del 50 % de muertes se registran en la Costa

Son 48.192 defunciones que se registraron durante el 2022 en la región Costa, esto representa el 53,60 % de las muertes en general en todo ese período.

En la Sierra hubo 38.131 fallecimientos, es decir, el 42,41 %; en la Amazonía fue el 3,89 %, lo que se traduce en 3.506 muertes y en las islas Galápagos: 71 (0,07 %).

En el 2022, el mayor número de muertes se registró en la provincia del Guayas con 25.838 defunciones; seguido de Pichincha con 13.927, Manabí con 8.818, Los Ríos con 5.199, Azuay con 4.334, El Oro con 3.926, Tungurahua con 3.147, Chimborazo con 2.819, Loja con 2.802, Esmeraldas con 2.619, Imbabura con 2.595, Santo Domingo de los Tsáchilas con 2.470, Cotopaxi con 2.414, entre otros. (I)