El exceso de muertes fue de 253 % durante los primeros meses de la pandemia debido a los que fallecieron por COVID-19 (febrero, marzo y abril del 2020), pero este porcentaje ha bajado y en los últimos meses de lo que va de este año es del 3,5 % de exceso de mortalidad, indica el subsecretario nacional de Vigilancia de la Salud Francisco Pérez, en entrevista con EL UNIVERSO.

Sin embargo, el peso del coronavirus sigue latente con un mayor número de infectados a inicios de este año, cuando se dio el repunte máximo e histórico de 65.000 contagiados en una semana, lo que se suma a la atención de los casos represados de otras patologías y congestiona la atención en la red pública de salud.

El perfil epidemiológico del 2022 se iguala más al que había antes del coronavirus y se observa un alto número de casos represados que ahora padecen con la falta de medicinas, dispositivos e insumos.

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Lo que le puedo decir es que efectivamente tenemos un problema real. Durante dos años COVID-19 centró las atenciones de todos los hospitales del país. Cuando comenzamos a mejorar el manejo de la pandemia con el plan Fénix. Este consta de diez pilares, uno de estos es el restablecimiento de los servicios esenciales de salud que durante la pandemia quedaron rezagados. Precisamente hay una tasa altísima de patología no atendida, sobre todo las enfermedades crónicas que son las que más gastos generan, por ejemplo, las personas con diabetes, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, cáncer, son patologías que son muy costosas y que además al ser crónicas, son para el resto de la vida. Entonces se necesitan medicamentos, insumos, dispositivos de manera constante. Además, son la principal causa de muerte a nivel mundial, no solo en Ecuador. Esto trae algunos problemas en cuanto al abastecimiento porque hay más demanda. Todo esto empeora la situación.

El COVID-19 diagnosticado bajó del segundo y primer lugar en 2020 y 2021 al octavo este año entre las principales causas de internación hospitalaria. ¿Seguirá bajando su peso?

Durante el primer trimestre del año el COVID tuvo un repunte importantísimo, se gastaron muchos recursos. Tuvimos el histórico de más de 65.000 casos reportados a la semana, fue la ola más grande de contagios en lo que va de la pandemia y se dio en el primer trimestre de este año.

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Los analistas indican que hay más casos de coronavirus, incluso no diagnosticados, pero se trata de cuadros leves que no necesitan hospitalización por el impacto de la vacunación.

El principal objetivo de la vacunación fue disminuir la mortalidad y la morbilidad grave. De 65.000 personas contagiadas, al menos el 5 % fue hospitalizada en el primer trimestre de este año, cuando aumentó la ocupación de camas por COVID. Luego fue disminuyendo y se ha mantenido estable durante las últimas diez semanas. Ahora los casos han subido esta semana, prevemos que la próxima semana también se mantenga esta tendencia. Lo único que podemos decir es que son tendencias esperadas precisamente de cómo ha sido la pandemia no solo en el país, sino en el resto del mundo, donde el aparecimiento de nuevas variantes precisamente predispone a que la población se contagie más o se contagie nuevamente.

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¿Podría aumentar la internación con las nuevas variantes?

De darse un repunte importante que seguramente puede ser por el advenimiento de la variante centauro, que es una nueva variante que está circulando en muchos países en el mundo, pudiese también traer el aumento de infecciones con un incremento también en la hospitalización, sin embargo, no sería en la misma proporción del número de casos registrados. Para decirlo más sencillo, aumentó un 200 % el número de casos, es decir, hace tres semanas teníamos 4.000 casos a la semana (epidemiológica que es del domingo al sábado siguiente), ahora tenemos 12.000, pero las hospitalizaciones han subido un 12 %, entonces no es proporcionar el aumento de internaciones y por supuesto el número de fallecimientos es mucho más pequeño todavía. Seguimos con los procesos de vacunación, el advenimiento y surgimiento de estas nuevas variantes seguramente puede complicar, pero hay que tener en cuenta que los pacientes no necesiten hospitalizarse y otra es que no hayan recibido atención. Seguramente si ahora se hace un sondeo por los principales hospitales centinelas del país, habrá mucha gente en las salas de emergencias esperando la atención.

¿Qué tan importante es seguir aumentando la cobertura de vacunación para frenar el agravamiento de los casos de COVID-19?

No solemos referirnos a tercera y cuarta dosis, nos referimos más bien al primer y segundo refuerzo porque muchos de los esquemas que se pueden recibir con vacuna completa, por ejemplo, Johnson & Johnson, eran de una sola dosis, entonces el primer refuerzo sería la segunda dosis para los que se pusieron esas vacunas. Alrededor del 40 % de la población mayor a 12 años de edad del país ha accedido al primer refuerzo (que sería la tercera dosis para los que el esquema de vacunación completo era de dos dosis). Estas personas tienen el 95 % menos de riesgo de fallecer por causa del COVID, es decir, la efectividad de la vacuna es altísima, por eso seguimos incentivando a que la población se vacune y complete sus dosis de refuerzo. Con esto aliviamos lo que pueda ocurrir con el sistema nacional de salud. Con el primer refuerzo esperamos llegar al 90 % de la población objetivo.

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¿Qué se hace para incentivar la vacunación?

Trabajamos con varias instituciones. Se ha creado a través del COE nacional y dirigido por la Vicepresidencia de la República el Comité Interinstitucional de Vacunación que ya da sus frutos. Hoy mismo estamos vacunando en el Ministerio de Producción, seguimos el proceso para vacunar a los estudiantes de universidades, escuelas y colegios. Estamos retomando una nueva fase del plan de vacunación denominada Refuérzate.

La declaratoria de emergencia es una de las soluciones ante la escasez de medicinas y de insumos en la red del Ministerio de Salud Pública (MSP). ¿Pero qué otras medidas se emplean para que estos niveles de desabastecimiento no se repitan?

Hay que puntualizar varios aspectos. Puede que exista desabastecimiento en los hospitales, con la emergencia se intenta solventar esto, pero la escasez no es en todos los programas. Por ejemplo, con la Estrategia de VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) no se ha dado ruptura de stock ni de medicamentos, ni de pruebas para estos pacientes, esto es un logro de esta administración.

Durante el gobierno anterior sí se registró escasez de retrovirales que reciben las personas con VIH.

Efectivamente, hemos dado prioridad a este tipo de patología, además del tema de tuberculosis y trabajamos con muchos actores en malaria, dengue. Hace pocos meses el Ministerio de Salud recibió un premio internacional a la gestión de la estrategia JAP, que es el tratamiento y manejo de la hipertensión arterial. Hay algunos procesos que sí se mantienen y están abastecidos, pero obviamente habrá otros con complicaciones, incluso por la situación de la falta de provisionamiento mundial de ciertas medicinas debido a la pandemia, entonces sufrimos las consecuencias. El objetivo de la emergencia sanitaria es solventar estos procesos y generar nuevos mecanismos para evitar el desabastecimiento.

¿Se prevé este año que el perfil de mortalidad del país vuelva a ser como era antes de la pandemia debido a menos muertos por coronavirus?

Ya lo estamos viendo. Hicimos el análisis de la mortalidad en exceso que es cómo se calcula el efecto directo e indirecto de la pandemia, Siempre se hace midiendo la mortalidad que teníamos hasta antes del evento, es decir, los cinco años antes del 2019, hacemos un promedio de las causas y el número de fallecimientos y lo comparamos con lo que ocurre en este momento. Ahora las causas de mortalidad están pareciéndose mucho a lo que ocurría antes de que llegue la pandemia. Tenemos otros casos que han aumentado la mortalidad en exceso, como las muertes violentas o por accidentes de tránsito, pero los fallecimientos por enfermedades, como las crónicas, se están estabilizando y volvemos a lo que en estadística conocemos como el retorno a la media, es decir, estamos llegando a la normalidad. Al parecer, en este año la mortalidad no va a tener un impacto directo del COVID, tampoco las hospitalizaciones. La mayoría que ocurren por coronavirus son por procesos de sobreinfección en personas que han tenido una enfermedad crónica. Por ejemplo, alguien que tuvo un infarto, se estaba recuperando de él pero se contagió de COVID y agravó su cuadro. Otra persona con diabetes mellitus, la que se estaba controlando, pero le dio coronavirus y se descompensó. Hay que proteger mucho más a este grupo de personas con muchas comorbilidades.

¿Qué se hace para reducir más estas hospitalizaciones?

Tenemos que trabajar en un plan integral que proteja a las personas diabéticas, por ejemplo, para que cuando les dé COVID estén todos vacunados con sus dosis de refuerzo y que tengan acceso a un diagnóstico rápido y oportuno. Por eso tenemos más de 280.000 pruebas de disponibilidad distribuidas en todos los cantones del país. Hay la facilidad de tener un diagnóstico en cualquier momento.

¿Las pruebas están en los centros de salud, en el primer nivel de atención del MSP?

Tenemos las previsiones necesarias. Toda persona que tenga sintomatología respiratoria puede acudir a cualquier centro de salud y se le hará la prueba. Seguro en los centros de salud tipo C, en los hospitales básicos. Estamos con los equipos de vigilancia epidemiológica activados para evitar y hacer las estrategias, esto es la priorización de focos calientes. Vemos de dónde provienen los hospitalizados y dirigimos las operaciones hacia estos sitios, ver lo que está pasando en el territorio, hacer los cercos y más pruebas. Así se trata de contener la pandemia, en eso nos ha ido bastante bien y hemos mejorado muchísimo.

Los analistas dicen que el testeo está reducido y que podrían ser muchos más los casos. Ninguna cantidad es suficiente. ¿Se tienen las previsiones para mantener el abastecimiento de pruebas?

Es muy difícil conocer cuál va a ser el comportamiento del COVID-19. Ninguno de los epidemiólogos del mundo pudo prever que iba a durar tanto, sobre todo después de las vacunas y esto se da básicamente por las variantes. Estamos tomando las precauciones necesarias. Vamos a conseguir más pruebas, seguiremos con los hospitales centinela y los procesos de vigilancia, los seguiremos mejorando porque debemos mantenernos alertas ante cualquier situación. La pandemia ha hecho que focalicemos esfuerzos, estamos en varios grupos de trabajo, generando normativas ante nuevas pandemias y estar preparados cuando ocurran. (I)