Norma Jacqueline A. R., de 50 años, fue condenada a tres años de prisión, a la devolución de $ 7.000 y al pago de diez salarios básicos unificados ($ 4.250) como multa al haber sido sentenciada por el delito de extorsión.

Ese fue el fallo condenatorio ratificado por la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha.

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Según la Fiscalía General del Estado, el 29 de diciembre de 2019, Ernesto fue contactado por un compañero de la escuela para decirle que iba a crear un grupo de WhatsApp y organizar una reunión con otros excompañeros de promoción en donde conoció a la mujer.

El grupo volvió a reunirse para festejar año nuevo y empezaron a conversar sobre sus patrimonios y a qué negocios se dedicaban.

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En el transcurso de enero, Norma Jacqueline A. R. empezó a escribirle a Ernesto para proponerle negocios e invitarle a más reuniones para que le oriente sobre cómo incursionar en el negocio de él.

Como Ernesto prefirió no ir, empezaron las amenazas contra la integridad de su familia, por lo que asistió a una de las convocatorias. Norma le ofreció una bebida y él perdió el conocimiento. Cuando se despertó estaba solo en el lugar.

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Los días pasaron y el hombre recibió llamadas extorsivas de ella, quien le pedía dinero bajo la amenaza de contarle a su esposa que habían mantenido una relación extramarital, supuestamente el día en que perdió el conocimiento. Aumentó la presión amenazando con mandar sicarios para matarlo y ejecutar daños sexuales a su familia.

Ernesto le entregó $ 3.000 en efectivo y luego $ 4.000 a través de transferencia bancaria.

Si bien cambió sus números de teléfono, la extorsión no paró. Ella le dijo que estaba embarazada. Le envió certificados médicos con terceras personas, que se encargaron de armar escándalos en las guardianías de su trabajo y casa.

Le exigió $ 15.000 bajo el mismo discurso intimidatorio, supuestamente para cubrir un legrado que se había hecho en un hospital en Quito.

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Ante ello, el hombre presentó una denuncia en Fiscalía y se abrió una investigación previa. El día en que acordaron un encuentro para entregar el dinero en un centro comercial de Quito, la Policía detuvo a Norma.

El certificado que confirmaba el embarazo fue extendido por un laboratorio de Cotocollao, en el norte de Quito. En su testimonio, el laboratorista afirmó que una tercera persona dejó una muestra de orina rotulada con el nombre de la procesada.

La mujer adujo que mantuvieron una relación de pareja sin que eso haya sido demostrado, indicó Fiscalía. (I)