En 2025, Casio Computer Co., Ltd., la compañía japonesa con sede en Tokio, celebra seis décadas desde el lanzamiento de su primera calculadora electrónica de escritorio. El modelo Casio 001, presentado en 1965, marcó el inicio de una nueva era en el acceso a la tecnología de cálculo y desde entonces la marca ha mantenido una relación cercana con la educación y la vida profesional de millones de personas.
Durante este tiempo, Casio ha acompañado procesos de aprendizaje en todo el mundo, apostando por productos que combinan diseño, durabilidad y facilidad de uso. En América Latina, sus calculadoras científicas, escolares y financieras se han convertido en una herramienta cotidiana en aulas y universidades, apoyadas por iniciativas de formación docente y recursos pensados para responder a los retos de la educación actual.
En Ecuador, la historia de Casio ha tenido un capítulo especial. El país fue uno de los primeros en la región en incorporar el modelo ClassWiz LACW en 2022, que permitió a estudiantes y docentes trabajar con gráficos a través de códigos QR. Ese mismo año se vendieron alrededor de 250.000 calculadoras en el país, lo que representó un crecimiento del 15 % frente al año anterior. Hoy Ecuador concentra entre el 10 % y el 20 % de las ventas de Casio en América Latina, un indicador del peso que tiene la tecnología en la educación ecuatoriana.
Desde 2009, la iniciativa Casio Académico ha formado a cerca de cinco mil docentes en el uso pedagógico de calculadoras científicas y gráficas. Estos talleres, realizados en colegios, universidades y centros de formación, han ayudado a que más profesores integren herramientas tecnológicas en sus clases de matemáticas y ciencias. Este año, además, se instalarán cinco laboratorios en distintas provincias para reforzar el aprendizaje de estas áreas.
La celebración de este aniversario no solo mira al pasado, sino que abre una ventana hacia el futuro. Casio sigue apostando por el desarrollo de herramientas que impulsen la educación STEM y que faciliten el aprendizaje de nuevas generaciones. En Ecuador, su presencia de más de tres décadas ha dejado huella en la vida estudiantil y profesional, convirtiendo a las calculadoras en algo más que un dispositivo: en un aliado silencioso en el camino del conocimiento.




















