Luego de la masacre en la cárcel de Machala que derivó en la muerte de 27 reclusos, la tarde del domingo, 9 de noviembre, el ministro del Interior Jhon Reimberg sostuvo que el Servicio Nacional Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) ha fracasado en la administración interna.

Sostuvo que no se implementó un cambio que permitiera mejorar sus procesos.

Ante ello, servidores de seguridad penitenciaria manifestaron el descontento ante la declaración y añadieron que se oponen a que el Ministerio del Interior los reemplace por policías miembros de las Fuerzas Armadas en servicio pasivo en las cárceles del país.

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“Nos preocupa las declaraciones del ministro Jhon Reimberg en cuanto él tiene la idea de reemplazar a los miembros del Cuerpo de Seguridad Penitenciaria por personal en servicio pasivo de Fuerzas Armadas y Policía Nacional. Nosotros nos oponemos rotundamente a esta decisión, por el hecho de la naturaleza de estas instituciones en sus labores", expuso Wilman Alarcón, presidente de la Asociación de Servidores Penitenciarios Activos del Ecuador, quien lleva 31 años al servicio de la seguridad en el interior de las cárceles del país.

Alarcón aclaró que las personas que ingresarían al cuidado de los reclusos y las penitenciarías serían agentes con una base de 45 años. Ante ello, hizo observaciones de que este trabajo demanda esfuerzo físico y psicológico.

“En lugar de ello, nosotros hemos sugerido fortalecer el Cuerpo de Seguridad Penitenciaria, no nos oponemos a la depuración, siempre y cuando se haga con el debido proceso. Pedimos permitir el ingreso de 15.000 servidores penitenciarios, que en algo podríamos cumplir con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas“, siguió el agente.

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Él acotó que hay 800 funcionarios penitenciarios para 37.000 privados de libertad que copan las cárceles del país.

“En la Penitenciaría del Litoral, imagínese, dos custodios para un pabellón de 700 personas privadas de libertad, nunca pues. No nos pueden exigir las autoridades que mantengamos el control si somos pocos", dijo Alarcón.

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Wilman añadió que 'sin armamento especializado’ es difícil combatir la crisis de las cárceles.

“No tenemos armamento, nos lo quitaron en el 2021, aduciendo que estaba ilegalmente entregado, cuando desde 1880 la guardia penitenciaria era armada. Esta institución ha sido olvidada por las autoridades hace muchos años atrás", continuó el representante.

En medio de su exposición, el agente hizo un llamado a los asambleístas, debido a que hace dos años presentaron una propuesta de Ley Orgánica del Cuerpo de Seguridad Penitenciaria, donde la intención era elevar a otro nivel esta institución para bajar los hechos de seguridad en las cárceles.

“Dentro de esta ley presentada estamos pidiendo jubilación anticipada. Tenemos compañeros de 65–66 años y todavía no se pueden jubilar. Algunos no pueden caminar, sin embargo deben estar dentro de los centros de privación de libertad. Esta ley ayuda a que las personas que dieron su vida puedan jubilarse dignamente y ayuda para que podamos gestionar de mejor manera los recursos que se dan al SNAI", apuntó Alarcón.

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QUITO. El representante de la Asociación Nacional de Servidores Penitenciarios Activos del Ecuador (Asoserpen), Wilman Alarcón (i), dio a conocer sobre la situación de los servidores penitenciarios y la reestructuración del SNAI. Foto: Carlos Granja Medranda

Cada año, según él, ni el 20 % de los recursos asignados son destinados al Cuerpo de Agentes Penitenciarios. Él apuntó que aquello se daría porque constantemente los directores del SNAI son reemplazados.

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Él pidió autonomía financiera, logística y operativa para la entidad.

Finalmente, Wilman pidió garantías para el personal. “En lo que va del año, tenemos 17 compañeros asesinados de un universo de 2.600 compañeros que somos. Antes de ayer (miércoles) fue asesinada la última compañera en Esmeraldas. Esa es la tónica del año“, concluyó.

Durante el 2024, 14 agentes penitenciarios fueron asesinados en masacres dentro de los centros de privación de libertad y, en el 2023, 20 servidores sucumbieron, incluidos dos directores.

La tuberculosis también ha sido un problema para el personal, en medio de reportes de fallecimientos de reos fallecidos con síntomas que estarían relacionados con la enfermedad.

La institución no ha dado detalles de los casos y los protocolos que se aplican en los reclusorios sobre esta problemática. (I)