Tulcán

El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, inicia su mandato con un discurso integracionista y conciliador, pero con muchos desafíos en diversos temas, entre los que constan las relaciones de ese país con Ecuador.

En la reunión que mantuvieron los presidentes Guillermo Lasso y Gustavo Petro en Bogotá abordaron temáticas relacionadas con seguridad, desarrollo fronterizo, integración comercial y revitalización de la Comunidad Andina.

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Según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), de enero a abril de este año Ecuador ha exportado productos no petroleros por $ 304 millones, pero ha importado desde Colombia más del doble de ese valor, $ 626 millones.

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Uno de los principales productos que importa Ecuador desde el vecino país son vehículos, que en el primer cuatrimestre del 2022 representaron $ 45 millones, registrando un incremento del 176,1 %, que ingresan por el puente internacional de Rumichaca.

En tanto que los enlatados de pescado encabezan las importaciones colombianas desde Ecuador con $ 51 millones. Las estadísticas determinan que la balanza comercial de Ecuador con Colombia fue deficitaria en $ 863 millones, Ecuador exportó $ 836 millones a ese país, pero importó $ 1.699 millones.

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A pesar de que los presidentes de ambos países son de corrientes distintas, el primer gobierno de izquierda en Colombia genera expectativas en las poblaciones fronterizas ecuatorianas, asentadas en Carchi, Esmeraldas y Sucumbíos, que ya vivieron un régimen parecido.

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Hay interés en ejes concernientes con el comercio, transporte, agricultura, ganadería, cultura, seguridad, migración venezolana, medioambiente, entre otros, que son parte de la convivencia binacional.

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El sociólogo tulcaneño Jorge Cabezas sostiene en una de sus publicaciones que en Tulcán, siete de diez ciudadanos tienen familiaridad con habitantes colombianos, producto de la cercanía que existe con Nariño y Putumayo.

Las costumbres, tradiciones, gastronomía e idiosincrasia son casi similares entre las poblaciones de San Gabriel, Tulcán, Ipiales y Pasto, por lo que la música ecuatoriana no puede faltar en el cierre de una fiesta en el sur de Colombia.

Se espera atención en la frontera

Funcionarios ecuatorianos consideran que este nuevo rumbo en la política de Colombia debe invitar al equipo de trabajo del primer mandatario colombiano a poner sus ojos en la frontera colombo-ecuatoriana.

El prefecto de Carchi, Guillermo Herrera, cree que la presencia del presidente Gustavo Petro debe dinamizar las relaciones de integración, especialmente en temas de salud, educación, infraestructura vial, conectividad, investigación, entre otros.

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Cita como urgente la modernización de los puentes transfronterizos de Tufiño y El Carmelo, proyectos bilaterales que ya estuvieron financiados, pero que debido a la pandemia no fueron ejecutados.

Los puentes de Tufiño y El Carmelo, en la frontera Ecuador - Colombia. Foto: Archivo

“La presencia del Estado colombiano en la frontera ha sido deficiente. Aspiramos a que con este nuevo Gobierno la institucionalidad de Colombia sea evidente no solo en materia de seguridad y fuerza pública sino en inversiones”, señala Herrera.

El prefecto reconoce que los proyectos binacionales no han sido impulsados por los distintos gobiernos, pese a que fueron firmados convenios, siendo los municipios y prefecturas de la frontera ecuatoriano-colombiana los que han empujado propuestas ambientales, productivas, entre otras.

Varios sectores productivos de la frontera coinciden en que los convenios binacionales han quedado en el papel y no se cumplen en los dos países, pese a que la legislación es integracionista y beneficia a los habitantes de Carchi, Esmeraldas, Imbabura y Sucumbíos en Ecuador, y Putumayo y Nariño en Colombia.

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En los últimos años, más de 200 automotores ecuatorianos han sido retenidos en Ipiales, acusados los conductores de utilizarlos presuntamente para el contrabando de mercaderías o para realizar transporte informal de pasajeros entre ambas ciudades fronterizas (Tulcán e Ipiales).

Los propietarios han enfrentado acciones judiciales, sortearon innumerables dificultades y esperan hasta dos y tres años para recuperar sus vehículos en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia.

Genari Pozo, dirigente del colectivo Reactivación Económica 04, ha denunciado en más de una ocasión los excesos cometidos por los vigilantes del Servicio de Aduanas del Ecuador en Rumichaca contra pequeños comerciantes tulcaneños, quienes irrespetan el convenio de Esmeraldas.

Esta herramienta jurídica binacional (convenio de Esmeraldas) legisla con base en acuerdos el tránsito de personas y vehículos privados y oficiales, el tránsito de vehículos de transporte regular de pasajeros y de carga, el tránsito fluvial, marítimo y aéreo entre los dos países, entre otros.

Transporte internacional de mercancías y seguridad

Los transportistas de carga internacional han realizado varios plantones y han interrumpido la circulación por horas en el puente internacional de Rumichaca demandando la simplificación de trámites para el paso de mercaderías, la ampliación de horarios de atención aduanera, que se agilice el control migratorio convencional de tripulantes, disminución de tiempos de atención, entre otros pedidos.

Pablo Cerón, presidente de la Asociación de Transporte Pesado en Carchi, estima que el nuevo régimen colombiano debe analizar el tema del paso internacional de vehículos entre los dos países.

Actualmente los camiones que movilizan carga seca (materias primas o mercaderías) entre los dos países hacen trasbordo de mercancías en Tulcán e Ipiales, siendo la carga especial refrigerada la única que cumple el tránsito origen-destino.

El centro comercial Gran Plaza de Ipiales es el mayor receptor de compradores ecuatorianos, que arriban desde varias ciudades del país. Foto: Archivo

Una de las preocupaciones de los motoristas de las dos naciones es la falta de infraestructura, por lo que demandan la construcción del Centro de Atención Binacional de Fronteras (Cebaf) en el puente internacional de Rumichaca, donde actualmente no hay espacios de estacionamiento y la inseguridad es constante.

Los usuarios frecuentes del viaducto binacional coinciden con la innovación del Cebaf, que es el epicentro de las exportaciones e importaciones, controles migratorios, vigilancia sanitaria, tránsito e inspecciones fitosanitarios.

En cambio, en temas de seguridad se ha vuelto recurrente la queja de las autoridades militares y policiales ecuatorianas, que acusan a Colombia de contar con presencia de pie de fuerza militar y policial permanente en la línea de frontera.

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Más de 37 pasos fronterizos que comunican a Carchi y parte de Nariño son utilizados por organizaciones transnacionales dedicadas al tráfico de drogas, paso de migrantes, trata de personas, internación de moneda adulterada, robo de automotores, secuestros y delitos conexos.

Todos coinciden en que en las próximas mesas de diálogo binacional deben participar actores de la frontera y que las decisiones no sean tomadas en Quito y Bogotá, sin que las realidades de los pueblos fronterizos sean propuestas por los representantes locales.

Otra de las preocupaciones es la saturación o hacinamiento que hay en la cárcel de Tulcán, donde más del 70 % de la población carcelaria es de origen colombiano. Hasta el 29 de abril de este año había 758 presos (598 hombres y 160 mujeres), en una infraestructura que fue construida para albergar a 350 personas.

Tulcán. La mayoría de reclusos en este centro de rehabilitación, el cual cuenta con una sobresaturación de presos, es de origen colombiano. Imagen referencial. Foto: Archivo

Los privados de la libertad extranjeros están demandando a las autoridades consulares y de justicia de ambos territorios que los procesos de repatriación sean ágiles, ya que son varios los pedidos realizados.

Colombia es el quinto socio comercial de Ecuador, comparte 586 kilómetros de frontera, los pueblos fronterizos se han convertido en la ruta repetida para el paso de droga y el accionar de organizaciones criminales que operan en los dos países. (I)