Portoviejo

Las imágenes de una tortuga laúd faenada el jueves 25 de agosto en la playa de San Jacinto, perteneciente al cantón Sucre, norte de Manabí, quedaron registradas en un video. Restos de este quelonio, en serio peligro de extinción, estaban esparcidos en ese balneario, y cerca de ellos varias aves de rapiña.

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La divulgación del video fue realizada por integrantes del colectivo Fundación Estamos Contigo Ecuador, que desde hace algunos años viene protegiendo a tortugas y otras especies, generando conciencia en la población manabita sobre preservar la vida de esta fauna marina.

La información preliminar que integrantes de ese colectivo recibieron por parte de habitantes y pescadores de la zona es que presuntamente la tortuga habría llegado muerta a esa playa, y que los responsables del faenamiento del quelonio habrían sido indigentes que deambulan en esa zona y que supuestamente se comieron la carne en el mismo lugar.

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“Nos llamaron para decirnos que estaban faenando una tortuga, cuando nosotros llegamos allá ya solo encontramos los restos. Empezamos a indagar a los pescadores que estaban en el sitio y nos dijeron que supuestamente la tortuga había llegado muerta y que había unas personas indigentes que querían aprovechar la carne, entonces la faenaron...”, indicó Kerly Briones, integrante del colectivo.

Histórica eclosión de tortugas laúd en costa de Manabí

Briones señaló que desde 1983 se prohibió la pesca y consumo de tortugas a nivel general, e indicó que en el balneario de San Jacinto su población no acostumbra a comer esta carne.

Señaló que en caso de que haya llegado muerta, nadie en su sano juicio habría consumido la carne. Briones cree que de pronto la tortuga laúd llegó herida por alguna causa a esa costa y en esa circunstancia habría sido atrapada.

“Realmente lo que ha pasado le debería preocupar a todo el mundo, no se debía permitir que se faenara a la tortuga aunque haya llegado muerta”, lamentó Briones.

Diana Bermúdez, técnica de vida silvestre de la Coordinación Zonal 4 del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, señaló que este jueves estuvieron en el lugar donde se produjo el incidente con la tortuga laúd, pero que no se tuvo una referencia exacta de lo acontecido por parte de quienes tuvieron los primeros contactos tras conocerse este hecho.

La funcionaria señaló que denuncia sobre este incidente aún no se puede ubicar porque se necesita un levantamiento de la información. “Lamentablemente el primer levantamiento que se debía hacer es apenas sucede, lo cual no nos ha llegado una denuncia... porque con el primer levantamiento oficial es que uno puede recaudar información para poder hacer un procedimiento penal o un acto administrativo según sea necesario y con base en la información que se tiene de territorio”, señaló.

Roddy Macías, jefe de proyectos en la región Costa de la organización no gubernamental Wild Aid, Ecuador en los últimos dos años ha celebrado los hallazgos de anidación de la tortuga laúd, algunos de los cuales eclosionaron con éxito, hecho que ha movilizado a que el Estado, fundaciones y grupo de voluntarios protejan esos nidos.

Con voluntariado se intenta proteger a tortugas en peligro de extinción en playas manabitas

El ambientalista sostiene que las tortugas laúd son especies protegidas en el Ecuador y en todo el mundo, es vulnerable y las leyes en el país la protegen totalmente. De acuerdo con la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN por sus siglas en inglés), en la actualidad esta especie de tortuga se encuentra en estado crítico de extinción y por tanto no se puede capturar y mucho menos consumir, indicó Macías.

Agregó que lo sucedido en las playas de San Jacinto es absolutamente condenable y debe ser investigado a fondo por las autoridades competentes. Esto constituye un delito ambiental, tipificado en el Código Orgánico Integral Penal (COIP).

“Y en este marco es la Fiscalía la que debe iniciar las investigaciones para conocer las circunstancias reales de lo que pasó, y en ese caso debe conocerse si el individuo de laúd fue capturado por pescadores o varó muerto en la playa. Si llegó muerta y en probable estado de descomposición, no sería lógico que haya habido un consumo de su carne, aunque esto igual es parte del delito”, declaró Macías.

El artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), en lo relacionado a delitos contra la flora y fauna silvestre, indica: “La persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice especímenes o sus partes, sus elementos constitutivos, productos y derivados, de flora o fauna silvestre terrestre, marina o acuática, de especies amenazadas, en peligro de extinción y migratorias, listadas a nivel nacional por la Autoridad Ambiental Nacional, así como instrumentos o tratados internacionales ratificados por el Estado, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”. (I)