Dos paramédicos, un rescatista subacuático y un especialista en incendios de Quito tienen algo en común: aman poder ayudar a la gente y el deporte es parte de sus vidas.
Cuando no están en actividad dentro de sus labores, se despojan el uniforme de bomberos y se convierten en ciclistas, nadadores y boxeadores de alto rendimiento, de competencias. La última fue en Canadá.
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En la estación 21, en el interior del parque Bicentenario, en el norte de Quito, ellos comparten anécdotas de su última incursión competitiva, pero también del día a día, donde atienden diferentes tipos de emergencia.
Erick Quelal, paramédico y ciclista del Cuerpo de Bomberos de Quito, contó que a los 9 años comenzó el viaje por el mundo del deporte gracias a su padre. La velocidad y el vigor que sintió al montarse en una bicicleta y disputar una carrera lo llevaron a ejercer la profesión de paramédico.
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“Nosotros entrenamos todas las semanas, hacemos turnos en las ambulancias y compartimos los días. Salimos de guardias y después realizamos el recorrido diario: 100 a 150 kilómetros en bicicleta”, apuntó
Detrás de su agitada vida, él ha ayudado a niños a venir al mundo. Lo que más le ha marcado es haber atendido el mismo día a dos mujeres embarazadas que tuvieron a sus hijos en la ambulancia y en el domicilio.
“Me gustan los partos a mí, porque es una nueva forma de vida. Hemos tenido mujeres que han dado a luz dentro de las ambulancias o dentro de sus domicilios y ya no tienen tiempo de avanzar al hospital y me ha tocado estar a mí para asistir en el parto”, explicó el joven con raíces carchenses.
También está Alejandra Montenegro, una paramédica y nadadora que sintió la impotencia de perder a un ser querido y no poder actuar en el momento preciso. De allí, sus ganas por ayudar a la gente.
“Tengo una experiencia con mis abuelitos. Me nace desde los 16 años cuando seguí un curso de primeros auxilios, después tuve el infortunio de ver a mi abuelita fallecer y no poder hacer nada”, manifestó Alejandra.
Ella está preparada para atender en los siniestros de tránsito. En momentos de caos, dice, lo importante es mantener la calma para saber qué hacer con los heridos. Sin embargo, existe un detalle que mueve su corazón y la aflige.
“Cuando una persona fallece y son niños o adultos mayores los implicados, uno debe llenarse de valor para decirle a sus cercanos: lo siento mucho su pérdida, porque yo lo pasé y es difícil consolar a los familiares”, apuntó.
Uno de los más experimentados, por los años que lleva en la institución, es Alejandro Salazar, capitán especializado en rescate subacuático y nadador. A los 22 años tuvo la oportunidad de asistir a la sociedad y recibir el caluroso abrazo de una familia que pudo encontrar a su ser querido sano y salvo.
Él explicó que la entidad tiene un departamento de rescate que se divide en tres áreas: rescate acuático, subacuático, montaña y canino. Lo que Alejandro desempeña es una labor fuerte porque muchos pensarían que no existe lugar para que se susciten este tipo de incidentes en la capital.
Sin embargo, en época de invierno, los ríos que rodean a la ciudad crecen y vehículos con personas dentro o que caminan por la zona suelen caer. Ahí es donde realizan labores de búsqueda y recuperación dentro del agua.
“Recuerdo que tuvimos una crecida en un río del sur de Quito. Un taxi que pasaba cayó a las afluentes del río Machángara. El conductor salió del automotor y fue arrastrado por la corriente, lamentablemente el cuerpo lo encontramos entre la provincia de Imbabura y Esmeraldas. El rescate duró cerca de quince días”, manifestó el capitán.
Una de las medallas de oro para el país en la competencia fue de Fernando Delgado, un joven bombero que ha asistido, en su mayoría, en incendios forestales y su vocación la combina con el boxeo, pues su padre lo inculcó desde muy pequeño.
“El poder relacionar o mezclar esta pasión y vocación. La vocación de ser bombero y la pasión de competir, de expresar con el deporte que a mí me gusta. Poder realizar esa fusión ha sido lo máximo”, manifestó
Quien lo formó fue Manuel la Sombra Delgado, tradicional boxeador y ahora entrenador que vio en él un gran potencial y lo reclutó a los 10 años. Llegó a los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos en Winnipeg, Canadá, para colgarse la medalla de oro en una fuerte contienda.
“Según yo estaba perdiendo la pelea. Me despedí de la técnica y solo dije da lo que más puedas de golpes. Sonó la campana y el árbitro alzó mi mano, no lo podía creer” , señaló Fernando.
En total fueron trece preseas en la edición 2023 de los juegos mundiales del pasado 28 de julio. Ecuador consiguió siete medallas en ciclismo: tres de oro, dos de bronce y dos de plata.
Una de bronce en atletismo, una de plata en natación, una de oro en boxeo y una medalla de plata en triatlón. El siguiente objetivo que tienen estos bomberos será México, en una nueva aventura deportiva, en noviembre. (I)