La prueba Transformar para lograr el ingreso a las universidades públicas medirá las competencias y habilidades de los aspirantes a través de la evaluación de aptitudes verbales, numéricas, razonamiento lógico, atención y concentración.

Eso es un cambio sustancial si lo comparamos con la anterior prueba EAES, que valoraba conocimientos específicos en matemáticas, lengua y literatura, ciencias naturales y ciencias sociales. Este giro se da para mejorar las oportunidades de cursar una carrera universitaria en Ecuador, según el Gobierno.

Sin embargo, el sistema educativo nacional ha mostrado falencias en primaria y secundaria lo que dificultaría un buen desempeño de los jóvenes en esta nueva prueba, en especial en la parte de razonamiento lógico, atención y concentración, ya que históricamente se ha privilegiado un sistema memorista. De hecho, la mayoría de estudiantes del país no alcanza el nivel 2 de matemáticas en pruebas internacionales como la PISA.

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Este déficit de aprendizaje ha ido en aumento debido a los estudios virtuales a causa de la pandemia. Además, los niños y adolescentes, al no tener hábitos de estudios interiorizados, no cumplen con los objetivos: “Si memorizan las respuestas antes que razonarlas, tampoco resuelven el problema; esto es muy frecuente en las escuelas y colegios porque se sigue educando con la enseñanza tradicional”, dice Carlos Zurita, analista educativo y director de Quality Up.

Singapur casi siempre lidera los exámenes PISA gracias a una metodología de enseñanza integral que es reconocida internacionalmente y ha sido integrada en países como Australia, Países Bajos, Tailandia, Chile, entre otros.

En Ecuador ya se imparte este método. Hay centros e institutos como Quality Up que desarrollan en sus estudiantes pensamiento crítico, liderazgo, habilidad para resolver problemas y la buena comunicación con sus pares.

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Los chicos, en el sistema tradicional, solo estudian para pasar la materia y repasan la información para memorizar un día antes al examen. Nosotros recibimos chicos de 17 años que todavía no manejan las operaciones matemáticas básicas”, dice Zurita. Al menos 110 chicos que estudiaron en este centro han ganado becas para estudiar fuera del país.

En el método Singapur se realizan actividades anclaje para captar la atención del estudiante. Foto: José Beltrán

Sin embargo, aplicar este método tiene ciertos retos, en especial para el área docente, cuenta la profesora Paola Pérez, quien se ha especializado en el método Singapur. Indica que la capacitación es constante y, de hecho, se debe obtener una certificación.

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Añade que no se trata de solo “dictar clases” sino lograr que los chicos interioricen el conocimiento. “Nosotros mismos, como profesores, tenemos que darle la vuelta al sistema que nos enseñaron en escuela, colegio y universidad”, sostiene.

Las clases con el método Singapur por lo regular empiezan con una actividad de anclaje para captar la atención del estudiante y se interese por el tema que se trabajará. Esto se aplica para desarrollar el razonamiento y la memoria a largo plazo a través de un sistema que va de lo concreto, pasa por lo pictórico y llega a lo abstracto, añade Pérez.

Ecuador reprobó en Matemáticas en evaluación internacional

Bryan Bombon cuenta que estudiar bajo este sistema lo ayudó a obtener su título en biología y genética humana en la Universidad de Toronto, Canadá: “Prácticamente sin inconvenientes, ya que allá el sistema que se aplicaba era casi el mismo. Se usan las actividades de anclaje”.

Las referencias positivas sobre este sistema llevaron a Íngrid Maridueña a matricular a su hija de 16 años para que estudie bajo el método Singapur: “A ella le gusta, me dice que ha aprendido cosas que en el colegio no ha podido. Se nota que disfruta la clase”.

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Pérez y Zurita concuerdan en que el sistema educativo nacional debe migrar a este tipo de métodos si realmente se quiere un cambio en los niños y adolescentes. (I)