La jornada electoral en Puerto Bolívar arrancó bajo un fuerte cerco de seguridad. Desde temprano, unidades de reacción patrullaron los alrededores de los recintos mientras que cada mesa de votación contó con la presencia fija de dos militares, una medida adoptada para blindar el proceso en la parroquia considerada la más compleja de El Oro.

El operativo formó parte de un despliegue mayor que cubrió a toda la provincia, donde las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional reforzaron su presencia ante los antecedentes de violencia en varias zonas costeras.

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Según detalló Ramiro Armijos, delegado del Comando Conjunto, 2.400 militares fueron distribuidos en los 237 recintos electorales y otros 4.500 uniformados integraron el dispositivo conjunto.

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En Machala y Puerto Bolívar se concentraron los puntos catalogados como de “alto riesgo”. Solo en la parroquia porteña, cuatro recintos fueron clasificados como especialmente sensibles por el Consejo Nacional Electoral (CNE), lo que motivó un refuerzo adicional de la Infantería de Marina dentro y fuera de los establecimientos asignados.

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El colegio Simón Bolívar, considerado el epicentro de vulnerabilidad en Puerto Bolívar, contó con un despliegue excepcional: 10 policías, 35 infantes de Marina y la asignación de dos militares por cada junta receptora del voto.

Su presencia permitió controlar accesos, pasillos y áreas internas donde se concentraba la mayor afluencia de electores.

La vigilancia incluyó controles estrictos para impedir el ingreso de bolsos, carteras, gorras y objetos que pudieran interferir con la seguridad del proceso.

Las autoridades además recomendaron no acudir con menores de edad, una medida preventiva que se aplicó con rigor en todos los puntos de ingreso.

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La mañana se inició con ciertos retrasos debido a la ausencia temporal de algunos miembros de juntas receptoras del voto (MJRV), situación que generó filas momentáneas y tensión entre los votantes.

Sin embargo, los organismos de control activaron personal de respaldo para normalizar la apertura de las mesas sin que la situación escalara.

Durante todo el día, equipos tácticos circularon en motocicletas, camionetas y lanchas para abarcar no solo los recintos, sino también las rutas costeras y zonas aledañas, donde se han registrado ataques previos.

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Este patrullaje continuo buscó evitar altercados y garantizar la seguridad del material electoral.

Los uniformados también realizaron revisiones aleatorias a delegados políticos, electores y personal acreditado, con el fin de evitar ingresos no autorizados o intentos de alteración del orden interno, especialmente en los recintos con mayor número de votantes.

A pesar del ambiente de alerta y la fuerte presencia armada, la jornada transcurrió sin incidentes graves.

Las autoridades calificaron el despliegue como uno de los más robustos de los últimos procesos, especialmente en territorios donde históricamente se han registrado episodios de violencia. (I)