Parte de la historia cultural y colonial de Quito son sus piletas, fuentes o chorros de agua que se encuentran en diversos parques y plazas.
No obstante, al recorrer los parques La Carolina, La Alameda o El Ejido, en muchas de las piletas o fuentes se percibe una falta mantenimiento paulatino. Es evidente el color verdoso, la maleza en las paredes o el musgo que sobresale y causa mal olor al caminar cerca de estas estructuras.
La concejala capitalina Analía Ledesma se mostró indignada por este descuido y levantó una denuncia para que las empresas municipales indicadas se hagan cargo del mantenimiento y la limpieza de las pilas y fuentes que llevan más de un año en el olvido.
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La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP) aseguró que administra 76 piletas y que una vez al mes se realizan trabajos de conservación. Mientras que en las del centro histórico la limpieza se ejecuta dos veces al mes como mínimo.
No obstante, en la pileta de la plaza San Francisco o en la de San Blas son evidentes el sarro en la base y el deterioro en la cementación, ya que no se encuentran en uso.
La concejala Ledesma, además, aseguró que es esencial una normativa que exija la preservación de estos monumentos que son considerados patrimonio de la ciudad.
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“Según EPMMOP, solo las habilitan en fechas especiales y feriados para evitar su uso inadecuado. Sin embargo, no concuerdo, por lo que observo a diario”, enfatizó la funcionaria.
Entre las que no mantienen un ejercicio constante de limpieza están las piletas del parque La Alameda, el parque La Carolina —incluyendo la fuente conocida como el Niño Jardinero—, el parque Equinoccial y el parque Inglés, en el norte de la ciudad.
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De igual forma, las fuentes de la plaza Grande, plaza Artigas, plaza Victoria y las identificadas en las avenidas Amazonas y Veintimilla o la Juan Molineros, en el Comité del Pueblo.
En el sur de Quito también existen albercas de esta índole que están abandonadas, se indicó.
“Por ejemplo, en Villaflora existe una pileta muy conocida como la Cascada que ha sido objeto de intervenciones, pero al arreglar toda la fachada se olvidan de la fuente”, señaló Ledesma.
En el parque de los Tubos, el parque del Amor, en Guajaló y el sector de la Floral también se tienen estas infraestructuras que sirven como albergue de indigentes o de animales callejeros.
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En un documento, la concejala exigió a las entidades municipales tomar cartas en el asunto y a la Secretaría de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana que —en el plazo de 30 días— realice un catastro de todas las pilas, fuentes y piletas del Distrito Metropolitano de Quito, con el fin de que funcionen como información cultural, educativa e histórica. (I)
