En una especie de cuadrilátero formado con alambre de púas y decorado con camisetas de todo tipo de color, los comuneros de Pirugachi se mantienen expectantes de la derogación del decreto 126, que eliminó el subsidio al diésel.
En la vía Tabacundo-Cajas, llegando al kilómetro 7, un retén con diez personas aguarda sentado en la arteria. El humo de los neumáticos quemándose y el pan con gaseosa les permite mantenerse de pie en el frío del sector.
En la comunidad de Pirugachi, la mayoría de los habitantes son productores de papa. Hombres y mujeres dedican su vida a la agricultura y buscan enviar el producto a los mercados para poder subsistir, bajo su percepción.
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Sin embargo, en el contexto del paro nacional, su objetivo es desabastecer a las grandes ciudades para presionar al Gobierno nacional.
“Ellos deben entender que el campo es el que produce el alimento para las ciudades”, manifestó uno de los comuneros, quien vestía una chompa roja y estaba parado en el tronco que obstaculizaba la vía.
De inmediato, el presidente de la comunidad, quien no se identificó, aseguró que los motivos para realizar las protestas son amplios. “Imagínese, por estar en la manifestación perdemos siquiera $ 30 diarios, pero con la eliminación del subsidio al diésel la pérdida es de $ 80 diarios”, apuntó el hombre.
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Ellos afirmaron que los fletes para sacar el producto, el abono para la siembra y la maquinaria para la cosecha subirán de precio con este decreto y todo se va a encarecer significativamente.
“Que nos toca pagar, pero las consecuencias son que en algún momento debemos dejar de cultivar y sin cultivo nos quedamos con más pobreza”, sostuvo su compañero.
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Ellos se quejaron de que encima de los perjuicios que este anuncio traerá para los trabajadores de la agricultura y ganadería, los citadinos —como se refieren a las personas que viven en la capital u otras grandes urbes— piden rebaja por quintales de papa valorados en $ 10.
“Ellos ponen el precio, nosotros les decimos cuesta $ 10, pero nos dicen: ‘No, no, por esto les pago hasta $ 8’. Entonces, a nosotros, por tratar de vender y no quedarnos con el producto, nos toca ceder”, sostuvo el presidente de la comunidad, quien portaba una mascarilla mientras hablaba.
Su percepción es que en este paro nacional las fuerzas de los movimientos indígenas se han debilitado. “El Gobierno nos jugó bien bonito, tomaron a los transportistas, por eso es que no se siente. Con ellos negociaron y ya. A ellos no les afecta, vienen, trabajan y cobran un poco más en los pasajes, listo, asunto arreglado”, declaró el comunero.
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Además, dijeron no sentir miedo ante el anuncio del presidente Daniel Noboa, quien señaló que denunciará como terroristas a todos quienes causen disturbios en las vías públicas.
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En la vía Cayambe-Cajas y en la comunidad de Toglla, en Quito, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y la Policía Nacional. Estos últimos con el afán de habilitar las vías, mientras que los comuneros pedían la salida de Daniel Noboa. (I)