En la cultura shuar, si alguien está mal, todos están mal. Con esta consciencia actúan los miembros de esa comunidad. Trabajan en mingas y, si alguien necesita ayuda, todos acuden a su auxilio; o si alguien enferma, todos lo visitan y lo protegen. “Ese todos es muy fuerte —reflexiona Arutam Antunish, un joven de esa nacionalidad indígena—; si una persona no está bien, hay algo que estamos haciendo mal o algo no está funcionando, y no podemos sentirnos cómodos”.