Luego de 24 días del deslave ocurrido en la parroquia Sayausí, que dejó 5 muertos y más de 250 damnificados, los vecinos de las zonas afectadas aún pasan circunstancias complejas. Tienen limitaciones con el servicio de agua potable y más allá de aquello, en sus mentes persiste el miedo de una nueva caída de tierra.