El fútbol inspiró a Matea Cañizares, de 17 años, estudiante de colegio, para participar en un concurso internacional sobre medioambiente y salud.
Se centró en la resiliencia al calor en instituciones educativas ecuatorianas y su trabajo fue seleccionado por su enfoque multidisciplinario, la participación juvenil y su potencial de replicabilidad en otras zonas vulnerables al clima.
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Unesco impulsó la creación de un calendario ecológico en Naranjal
Desde los 12 años juega al fútbol de delantera y contó que variables ambientales incluso afectaban su rendimiento físico.
“Creo que esta parte de la experiencia vivida es lo que más me motivó a involucrarme un poco más en el estudio científico, siempre también me ha gustado mucho la biología, entonces creo que se relaciona mucho con esto”, dijo.
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Cómo ser cool: un estudio multicaso de la temperatura, la vegetación y la radiación solar en instituciones educativas ecuatorianas se denominó la investigación que utilizó datos digitales de libre acceso para analizar las condiciones ambientales en las escuelas y proponer recomendaciones para proteger la salud y el bienestar de los estudiantes.
Se analizaron nueve instituciones de Sierra, Costa y Amazonía.
Incorporar vegetación en las instituciones educativas para moderar las temperaturas y proporcionar sombra natural es uno de los énfasis del proyecto. Se sugiere además la necesidad de estándares de cobertura verde adaptados a la región en cada escuela.
También propone el uso de imágenes satelitales gratuitas para la planificación escolar y la evaluación de las condiciones ambientales que afectan la salud de los alumnos.
Junto con un mentor, empezó el estudio hace un año más o menos de las variables ambientales y cómo afectan en el bienestar de los jóvenes.
Se enfocó en relacionar vegetación, radiación y temperaturas en las escuelas de Ecuador. Utilizaron datos satelitales, elaboraron un artículo, lo analizaron, procesaron los datos, lo publicaron en una revista.
La implementación de la vegetación regula la temperatura y además da sombra a la radiación, porque tiene efectos graves en la salud como el cáncer a la piel. Existen estudios de cómo las temperaturas altas afectan en el rendimiento académico, tienen un efecto en la concentración, incluso en las notas de los estudiantes, refirió.
Se reunió con la ministra de Educación, Alegría Crespo, y le planteó sus propuestas. Con esto habría una reforma a los estándares de infraestructura de educación con un enfoque en vegetación.
En este concurso hubo tres finalistas. El premio es un viaje a Australia, en mayo próximo.
Por otra parte, Aliz Pinto, de 18 años, participó en el Foro Global de Sostenibilidad de Hamburgo, en Alemania.
La joven, oriunda de Guayaquil, estuvo en espacios de diálogo y reflexión desde su experiencia como activista por los derechos de la niñez, la igualdad de género y el clima, haciendo un llamado a incluir a las nuevas generaciones en las discusiones sobre desarrollo sostenible.
“Es momento de sumar nuestras voces y nuestras ideas frente a desafíos como el cambio climático, que afectan directamente nuestro presente y futuro”, expresó.
Presentó a SAIF, una propuesta desarrollada junto con estudiantes de la Universidad Politécnica Salesiana que consiste en un robot diseñado para la detección temprana de incendios forestales, que demuestra el potencial de los jóvenes para aportar soluciones tecnológicas ante crisis ambientales.
Ivonne Ayala Coloma, de 20 años, estudiante de Ciencias de la Computación en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), se convirtió en la tercera mejor programadora de inteligencia artificial (IA) a nivel mundial en el torneo TCS CodeVita, una competencia que congregó a los talentos en programación de 98 países.
Este certamen global, que en la actual edición reunió a cerca de medio millón de estudiantes de pregrado y posgrado, puso a prueba las habilidades de los participantes con una serie de retos que debían resolverse bajo presión y contra el reloj.
Ayala durante seis intensas horas abordó doce desafíos.
Una bonificación académica ofrecida por su profesor de Métodos Numéricos, Jonathan Zea, fue el impulso inicial para adentrarse en la competencia. (I)