El Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) descartó que la institución esté “a punto de colapsar”, tal como gremios médicos aseguraron días atrás.

En los últimos días se divulgaron imágenes de zonas en deterioro y equipos que, presuntamente, no han sido renovados tras cumplir su vida útil.

Sin embargo, Leandro Patiño, director ejecutivo del Inspi, dijo que lo expuesto corresponde a edificaciones que están en desuso desde el 2012, cuando el Instituto Nacional de Higiene (INH) cesó sus actividades. “Los laboratorios de la institución están completamente operativos”, agregó.

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“Se habla mal del Ministerio de Salud Pública (MSP), se habla mal del Inspi, y en mi opinión personal, pienso que son ataques sistemáticos contra el Estado”, denunció Patiño.

19 laboratorios operativos y un personal conformado por 236 personas

Inspi opera con 19 laboratorios y 236 personas. Foto: Francisco Verni Peralta

Patiño detalló que el Inspi para cumplir con sus tres atribuciones institucionales: investigación en salud, diagnóstico especializado y producción de biológicos, cuenta con un personal de 236 personas y 19 laboratorios. 11 dedicados exclusivamente a la vigilancia de patógenos, 3 a la investigación y 5 transversales que brindan apoyo a laboratorios de la propia institución y del MSP.

Este año la institución ha trabajado con un presupuesto de $ 7 millones, de los que solo se ha ejecutado el 89 %, pero se espera que tras pagar nómina el 19 de diciembre y otras necesidades se llegue al 95 %.

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Además, aseguró que esta ha sido la mejor ejecución presupuestaria en los últimos tres años.

Patiño contó que cuando ingresó en 2018, la institución contaba con un presupuesto de $ 15 millones, pero años de mal manejo llevaron a que el Ministerio de Finanzas hiciera una serie de recortes.

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El director adelantó que, de momento, no se tiene previsto un aumento en el presupuesto de cara al 2026, y se seguirá trabajando con el mismo.

Nuevas técnicas de detección qPCR en tiempo real

La primera técnica es la qPCR en tiempo real, que según Patiño, permite observar durante el desarrollo de la prueba si una muestra resulta positiva, gracias a la generación de curvas que se levantan conforme avanza el análisis.

A diferencia del método previo —la PCR de punto final— ya no es necesario esperar la conclusión completa del proceso para obtener el resultado.

Patiño explicó que esta metodología no es nueva para el Inspi, pues ha sido utilizada desde hace varios años para distintos patógenos; sin embargo, ahora se está ampliando su aplicación hacia virus respiratorios que antes se estudiaban por inmunofluorescencia y hacia un grupo de bacterias que causan enfermedades respiratorias.

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Entre los virus incluidos mencionó cuatro: virus respiratorio sincitial y parainfluenza tipos 1, 2 y 3.

Truenat

La segunda técnica es Truenat, un método molecular rápido descrito por Greta Franco, responsable del Centro de Referencia Nacional de Influenza y otros Virus Respiratorios.

Ella detalló que esta tecnología funciona de manera similar al sistema GeneXpert, pero con la ventaja de ser portátil y no depender de energía eléctrica constante, lo que permite llevarla a zonas vulnerables, como centros de privación de libertad, comunidades amazónicas de difícil acceso y zonas insulares como Puná y Galápagos.

Los equipos son compactos, operan a temperatura ambiente y permiten obtener resultados en aproximadamente una hora, determinando no solo la presencia de tuberculosis sino también resistencia a rifampicina y a otros medicamentos.

Franco añadió que ya se validó su uso y se realizó control de calidad en hospitales de Quito, y que ahora se iniciará una segunda fase enfocada en la búsqueda activa de casos en territorios donde no es viable instalar laboratorios fijos, facilitando así llevar el diagnóstico directamente al paciente.

¿Se está pensando en la construcción de un nuevo Inspi?

El director señaló que, como gestión, desde el primer día se han realizado visitas técnicas a cada laboratorio, levantando información con los equipos de infraestructura e insumos y, en las áreas en las que se ha identificado una necesidad, se ha intervenido para que los laboratorios conserven su operatividad.

A su vez, recordó que las sedes tienen muchos años de antigüedad. Solo la sede central tiene 80 años, lo que provoca que algunas zonas se vean antiguas.

Añadió que se necesita un nuevo Inspi, y que ya se han realizado estudios para su construcción, con un valor aproximado de $ 45 millones, pero las necesidades del país han provocado que se analicen otras alternativas por un menor costo.

Patiño detalló que ha visitado laboratorios a nivel nacional en busca de alguno que tenga un flujo que le permita a la institución realizar su trabajo.

Pero pese a las visitas y estudios, el director hizo énfasis en que hasta que no se consigan las inversiones necesarias, el Inspi seguirá operando en sus actuales instalaciones.

Situación del laboratorio de bioseguridad

Patiño explicó que, tras la llegada de las actuales autoridades en julio, se identificó que el laboratorio de bioseguridad nivel tres inaugurado en enero por el presidente Daniel Noboa no había sido formalmente recibido.

Para que una instalación de este tipo pueda entrar en funcionamiento, primero debe ser aceptada oficialmente, un paso indispensable para garantizar que cumpla con los estándares requeridos.

Según Patiño, esa aceptación aún no puede concretarse porque el laboratorio requiere completar varios procesos de bioseguridad.

También están pendientes certificaciones vinculadas a normas de calidad, indispensables para asegurar que el personal que trabaje en las instalaciones lo haga bajo condiciones seguras y con los protocolos adecuados.

Estas validaciones son las que permitirán determinar que el espacio está apto para operar sin riesgos. (I)