Jonathan Rodolfo T. S., un expolicía que había sido sentenciado por el femicidio de Katherine Fernanda C., no pudo deshacer la condena que le impuso una sala de primera instancia.
El exagente fue condenado inicialmente a 34 años y 8 meses de prisión por ese crimen.
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Máxima pena agravada para expolicía por femicidio de su expareja
Él apeló la sentencia y buscaba revertir su situación aludiendo que no se había probado la relación de poder que infringió el acusado con la víctima para que este caso sea tratado como femicidio.
La defensa del procesado solicitó a la sala que se cambiara el tipo penal de femicidio a asesinato.
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Tras la revisión, la Corte Provincial de Justicia de Pichincha ratificó la sentencia considerando que Jonathan Rodolfo T. S. sí fue el autor directo del femicidio de Katherine Fernanda C.
Durante este proceso, la Fiscalía justificó —nuevamente— que la conducta de Jonathan Rodolfo T. S. se ajusta a lo que establece el artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que sanciona el delito de femicidio.
El fiscal de la Dirección de Derechos Humanos citó las pericias de perfilamiento criminal, la autopsia psicológica del procesado, las experticias de contexto de género y las de trabajo social, las cuales concluyeron que existía una relación de poder que el procesado ejerció sobre Katherine Fernanda C.
La Fiscalía alegó que hubo testimonios de familiares y compañeros de trabajo de la víctima, quienes confirmaron lo expuesto en las pericias durante la audiencia de juicio.
Los jueces de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha valoraron las pruebas y acogieron el pedido de la Fiscalía, con eso rechazaron el recurso de apelación del procesado y ratificaron la sentencia de primera instancia en todas sus partes.
Un mes antes de su muerte, Katherine había conseguido un empleo. Un día, el expolicía fue a buscarla a su lugar de trabajo, la obligó a que se subiera en su vehículo y, en un lugar apartado, le disparó. Una de las balas le llegó a la cabeza.
La coartada del individuo fue que pasó por el sector un carro blanco y, al estilo sicariato, le dispararon a la chica, pero —agregó— en la autopsia se demostró que el arma de dotación fue la que la mató.
El abogado de la familia de la mujer dijo que el sujeto era celoso, siempre la seguía y no le gustaba que ella trabajara. Fue un servidor policial que, cuando se emborrachaba, sacaba el arma de dotación y disparaba al aire, según el defensor. (I)