Benjamín Zamora, de 5 años 2 meses de edad, recibió la primera dosis contra el coronavirus en la Unidad Educativa Municipal Sucre, en el centro de Quito, este jueves.
Luis Zamora, su padre, contó que llegó a las 07:00 y el proceso se desarrolló de manera rápida.
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Tuvo que presentar el carné al día con todas las vacunas que era revisado por personal del Ministerio de Salud Pública (MSP). Además, entregar el consentimiento informado.
Considera que es importante inocular a los niños a fin de que vuelvan a su normalidad.
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Benjamín sigue las clases de primero de educación básica mediante una plataforma digital.
Zamora está de acuerdo en que retorne físicamente a la institución una vez que su hijo complete el esquema de vacunación. “Pienso que no es lo mismo estar estudiando lo virtual como estar dentro de un aula”, dijo.
El niño fue vacunado con Sinovac y en 28 días debe volver por la segunda vacuna.
Los infantes y sus padres se ubicaron en el patio de ingreso al establecimiento. Luego subían al primer piso donde había cuatro brigadas de inoculación de dos personas, una que digitaba la información y la otra colocaba la vacuna, distribuidos en diferentes aulas.
La espera para la vacuna era de unos 15 minutos.
“(Con) los niños es un poquito más complicado, son más tímidos”, indicó Dayana Dávila, de la Secretaría de Salud del Municipio de Quito.
A nivel nacional, la vacunación a niños de 5 a 11 años empezó el pasado 18 de octubre. En Quito se inició en la Unidad Educativa Oswaldo Lombeyda.
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Algunos de los niños se mostraban reacios a ser vacunados; otros lloraban; algunos se abrazaban a sus progenitores mientras varios miraban para otro lado cuando se cargaba la jeringuilla con el líquido o para no ver la aguja.
Las reacciones adversas que podrían presentarse son malestar general, temperatura, ante lo cual se administraría paracetamol, baños de agua fría o compresas en el sitio de la vacuna.
Tras completar la vacunación contra el coronavirus, a principios del año siguiente, la mayoría de las instituciones educativas municipales volverían de manera presencial a las aulas, indicaron autoridades municipales.
“La propuesta es que ya se pueda regresar a un nivel de su educación presencial desde enero del 2022 y la idea es que regresen todos los niños vacunados, y también con un programa que estamos ya empezando a implementar que sería que además regresen con un chequeo general de su condición de salud”, sostuvo Francisco Viteri, secretario de Salud del Municipio de Quito.
Para las jornadas de vacunación, el funcionario explicó que el cabildo da las brigadas de inoculación y la logística, mientras que el MSP provee de las vacunas y apoyo técnico. Entre ambas entidades se definen horarios y lugares para que sean puntos.
La población estudiantil municipal menor de 12 años es de unos 8.200 niños, de ellos unos 4.000 ya fueron vacunados y el restante 50 % (4.000) terminaría en ocho días.
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De acuerdo con el cabildo quiteño, en el Distrito Metropolitano de Quito hay 20 establecimientos educativos del Municipio. Se estima que la población estudiantil es de unos 24.000 alumnos.
Luis Calle, secretario de Educación, indicó que actualmente hay tres entidades educativas en las cuales se está implementando la asistencia progresiva.
Para quienes no hayan sido vacunados habrá brigadas móviles, anunció Viteri.