Xavier Alberto Ramos Pereira fue un periodista multifacético. Tenía la capacidad de elaborar un informe económico en profundidad con el mismo rigor con el que abordaba temas de ecología o política.
En los últimos años se dedicó a la elaboración de reportajes semanales en EL UNIVERSO, caracterizados por su investigación minuciosa, el contacto cercano con las fuentes y una búsqueda constante por ofrecer textos profundos y de servicio para la ciudadanía.
Ramos, de 43 años, fue hallado asesinado este jueves, 21 de agosto, con heridas de arma blanca en su departamento, ubicado en la ciudadela la Alborada, en el norte de Guayaquil.
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Graduado de la Universidad Católica de Guayaquil, empezó su carrera en el periodismo escrito hace casi dos décadas. Primero formó parte de la redacción de El Comercio, en Guayaquil, y luego se incorporó a la plantilla de EL UNIVERSO, diario en el que desarrolló la mayor parte de su trayectoria.
En este medio comenzó como redactor de la sección Gran Guayaquil y más tarde asumió la corresponsalía en Manabí.
Durante esa etapa elaboró notas que incomodaron a autoridades locales, pero no dejó de informar con determinación lo que observaba.
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También integró el equipo periodístico que cubrió las actividades de la Asamblea Constituyente en Montecristi, donde fue el primero en revelar la intención de algunos constituyentes de cambiar el escudo nacional.
“Xavier hacía un periodismo minucioso, riguroso y comprometido. Era de aquellos reporteros que hurgaban en las fuentes hasta encontrar el detalle novedoso, interesante, que volvía una noticia relevante para la ciudadanía”, recuerda Gisella Ronquillo, editora de Política de EL UNIVERSO.
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Subraya además que nunca se dejó intimidar por advertencias o presiones provenientes del poder, molesto por sus publicaciones.
Su trabajo le valió premios y reconocimientos a lo largo de su carrera.
Para Jorge Villón, editor de la sección Guayaquil, Ramos era una persona sensible con los temas sociales, de salud y ecológicos. “Siempre buscaba testimonios, conversaba largo con la gente para comprender los problemas de fondo. No le bastaba con un dato: quería profundizar”.
Félix Castellanos, editor de Deportes, lo conocía desde hace catorce años. Lo describe como “un amigo empático, capaz de acompañar el llanto de cualquier cercano que atravesara una dificultad”. “A nivel profesional, siempre admiré su acuciosidad y su empeño por estar al día en el manejo de las herramientas tecnológicas que hoy requiere el periodismo, oficio que tanto le apasionaba”, agrega.
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Ramos creía profundamente en las libertades y en el derecho de la gente a decidir sin imposiciones ni autoritarismos. En sus redes sociales dejó escrito un mensaje que hoy resuena como testimonio personal:
“La liberación es el camino. Flota en la armonía. En lo que no se ve y está. Aniquila los preceptos que dividen. Sé libre. Avanza con ese dolor que sabe a soledad. Exprímelo en tu mente y en el pecho. Que esos despojos dolorosos sean el trampolín hacia la libertad...”.
Fuera del ámbito periodístico, disfrutaba de explorar otras culturas, ver biografías, documentales históricos y series del siglo pasado. Aquello era parte de sus temas de sobremesa.
Era, además, un amigo cercano y leal, dicen sus allegados. “Muy aparte de su entrega profesional, era alguien en quien se podía confiar siempre. Su amor por su familia, en especial por su madre, sus sueños, los viajes familiares y de amigos que planeábamos eran parte de nuestras conversaciones llenas de humor y de esperanza por días mejores”, recuerda Cecilia Zúñiga, quien lo conocía desde hace más de una década.
Este miércoles, 20 de agosto, su último día en la Redacción de EL UNIVERSO, lo dedicó como siempre: entrevistando, revisando fuentes y procesando datos para su próximo informe. Ese texto quedó inconcluso, pero su huella permanece. Aunque sus escritos ya no volverán a publicarse, su legado —marcado por la sensibilidad para abordar los temas y el compromiso con el interés público— seguirá vivo en cada historia que dejó.
Xavier fue un periodista que cuidaba los detalles, disfrutaba de sus investigaciones, colaborador, respetuoso, se medía a los retos. Nunca faltaba un “cuente conmigo” cuando se trataba de extender jornadas o hacer un reportaje adicional. Solo tengo gratitud y respeto por Xavi, como siempre lo llamé. Descansa en paz, querido amigo y colega, extrañaré tu entusiasmo en cada planificación, tu buena pluma y al buen ser humano.
Katherine Mendoza, editora de EL UNIVERSO
Xavier me enseñó, en el inicio de mi carrera, la rigurosidad periodística y la importancia de contrastar en esta profesión. Fui seis años su compañero de sección. Anécdotas hay miles. El periodismo está de luto.
Ricardo Zambrano, periodista de EL UNIVERSO
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