Cuenca

Karla, una joven de 28 años, vivió una noche de terror cuando un taxista formal la persiguió a pedradas y la amenazó con matarla luego que intentó cobrar más de lo que marcaba el taxímetro. El hecho ocurrió el martes en el sector de Ochoa León, en el norte de la ciudad.

Ella pidió un taxi amarillo a través de una aplicación móvil que es muy conocida y usada en la ciudad para viajar con seguridad, porque en ella el pasajero conoce todos los datos de quien la llevará de un lugar a otro.

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Eran las 22:30 y la unidad llegó para recogerla, pero cuando arribaron a su destino empezó el martirio.

Aún asustada por lo sucedido, cuenta que el taxímetro marcaba seis dólares, pero él le pidió siete aduciendo que “estaba lejos”.

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Ella se negó porque era injusto y es ahí donde la escena se alteró y el chofer empezó a insultarla, pero como si eso no fuera suficiente se bajó a perseguirla y a tirarle piedras que había en la calle.

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El taxista no tuvo buena puntería, pero en medio de su desesperación la joven cayó al piso y se lastimó.

Las heridas son leves, pero lo que aún no puede olvidar es la actitud violenta de este conductor. “Él me gritaba que me iba a pegar, a matar, que es del barrial Blanco (una zona roja de la ciudad), que ya voy a ver con quien me metí”.

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El caso fue conocido por los directivos del taxismo en Cuenca, quienes confirmaron la versión de la joven y tomaron algunas acciones.

Eduardo Andrade, presidente de la Unión de Taxistas del Azuay y directivo de Azutaxi, reconoció que el hecho sucedió tal y como lo narra la víctima y por eso ofreció disculpas públicas.

Pero al indagar más a detalle se conocieron algunos datos adicionales.

Uno, que este taxi no está afiliado a los gremios formales de la ciudad como la Unión de Taxistas o el Frente Unido, sino que trabajaba de manera independiente.

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Otro, que quien conducía no era el chofer autorizado ni por la aplicación ni por el Municipio, sino su hijo, a quien le prestó el auto para que haga unas carreras.

Y aunque el conductor seguirá circulando por las calles de Cuenca, la decisión unánime del Consejo de Administración y Disciplina de Azutaxi fue expulsarlo de la aplicación, por lo que ahora solo tomará carreras en la calle.

Esto principalmente porque con la mala actuación de una persona en la mente de la ciudadanía quedó la imagen de que todos son así.

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Según Andrade, este hecho es muy preocupante, pero lo tomarán como lección para que los dueños de los vehículos se fijen mejor en el perfil de quien entregan sus unidades, porque cualquier inconveniente vendrá en contra del titular. Pero también ellos serán más rigurosos entre sus socios.

Mientras, la usuaria afectada contó que junto con sus familiares y abogados está analizando la posibilidad de demandar a quien la agredió para que su situación tenga una sanción, porque casos como este no pueden quedar en la impunidad, más cuando cree que pudo haber terminado en algo mayor, como un femicidio. (I)