Hace más de un siglo, Ecuador estableció una fecha especial para recordar la importancia del rol de los educadores. Fue en mayo del 1920, cuando el presidente Alfredo Baquerizo Moreno sancionó el decreto correspondiente para la creación de la Fiesta del Maestro.

La fecha que se estableció para esta celebración fue el 13 de abril, esto porque ese día había nacido del escritor ambateño Juan Montalvo.

Montalvo mostró un espíritu visionario y luchador, pues desde muy joven se identificó con la causa de la libertad política de su pueblo. Falleció en París, Francia, en 1889.

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¿Cuál debe ser el rol docente frente a la irrupción del Chat GPT y la inteligencia artificial?

El ambateño no es el único personaje que se recuerda como preceptor de la educación, también lo son María Gamarra de Hidalgo y Quintiliano Sánchez.

Dentro de la historia quedaron varios nombres destacados en la enseñanza como Federico González Suárez, Hermano Miguel (Francisco Febres-Cordero Muñoz), Luis Felipe Borja, Víctor Manuel Peñaherrera Espinel, Pío Jaramillo Alvarado y Alfredo Pérez Guerrero.

Tradicionalmente la fecha se recordaba en los centros educativos con eventos especiales como el reconocimiento a maestros destacados de los planteles así como diversas declamaciones y el canto del Himno al maestro, cuya letra la escribió Pablo Hanníbal Vela y la música de Enrique Espín Yépez.

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¿Cómo es el Himno al maestro ecuatoriano?

Gratitud al Maestro que alumbra

Nuestra vida y la llena de estrellas;

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Gratitud de la Patria que, en ellas,

Ve otro cielo, en palabras de luz.


Gratitud de la Patria que sabe

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Lo que sufre el Maestro y se afana

Frente al joven, la voz del mañana;

Junto al niño, inocencia y virtud.

¡Oh, Maestro, que estás en la cátedra

De tus labios queremos la aurora;

Tu palabra es la luz que se aflora

Y amanece en las cumbres del bien!


Nadie quiera laureles de gloria

Si en el pecho de barro le falta

La grandeza más noble y más alta:

Gratitud a quien hizo un laurel.


Gratitud al Maestro, que alumbra

Nuestra vida y la llena de estrellas;

Gratitud de la Patria que, en ellas,

Ve otro cielo, en palabras de luz.


Gratitud de la Patria, que sabe

Lo que sufre el Maestro y se afana,

Frente al joven, la voz del mañana;

Junto al niño, inocencia y virtud. (I)