A partir del domingo 20 de julio, los barrios y personas afectados en el sur de Quito volverían a disponer del servicio de agua potable, una vez que la tubería se haya instalado correctamente en el páramo del Antisana.
En esa zona, en medio de condiciones climáticas complicadas, trabajadores de los sectores público y privado se mantienen en la remoción de tierra para colocar la zanja y la plataforma que cubrirá al nuevo ducto que transportará el líquido vital.
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En 45 kilómetros de conducción, desde la laguna del sector Mica hasta la planta de tratamiento El Troje, los 350 metros de tubería adquiridos tendrán un costo de $ 450.000, con un ingeniero externo adjudicado por el Municipio de Quito.
“Lo que requeríamos es que sea una tubería de PAD, o sea, una tubería de acero. Cumplen con las normas técnicas y la carga de agua que necesitamos en este momento. Abriremos la zanja, colocarán la tubería y, mediante una técnica de termofusión, poder unir toda la estructura”, manifestó Verónica Sánchez, gerenta de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
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Cerca de 140.000 metros cúbicos de tierra se han retirado del páramo del volcán Antisana, lugar donde se produjo el deslizamiento. Por ahora hay un avance del 80 % con la remoción de este material a fin de continuar con el proceso de rehabilitación.
“Más allá de que se instale la tubería, seguiremos removiendo escombros y lodo para poder reforzar el talud de la cimentación que cubrirá el conducto y pensar ya en una remediación ambiental del sitio”, explicó la funcionaria.
Restaurar plantas nativas y realizar estudios de suelo serán la prioridad una vez que se solucione el inconveniente con el agua potable, para mitigar la fuerza de la naturaleza y evitar este tipo de emergencias.
“Una vez que tengamos la zanja, estaremos conectando la tubería el día jueves y continuaremos trabajando para poder reabastecer de agua a los sitios afectados durante el fin de semana”, señaló Sánchez.
La gerenta de la entidad municipal aseguró que crearán planes de contingencia para que la fuerza de los deslaves no afecte a los servicios públicos de la gente. Sin embargo, a pesar de la época veraniega, en la zona, la lluvia no da tregua.
“Tenemos el 137 % de lluvias registradas en el mes de julio, en la estación hidrometeorológica de Mica. Entonces, son casos fortuitos que no podemos prever, pero podemos ir monitoreando el cambio climático intenso”, añadió.
Una vez finalizados los trabajos, el agua será enviada desde la captación hasta los barrios perjudicados de forma paulatina, debido a que serán las partes bajas las que recibirán los primeros litros y, de a poco, el líquido vital seguirá subiendo a vecindarios periféricos.
“Nosotros no nos retiraremos con los tanqueros hasta que no tengamos totalmente restablecido el servicio”, continuó la gerenta.
Asimismo, Pabel Muñoz, alcalde de Quito, informó sobre la inclusión de 71 tanqueros hasta este martes 15 de julio. Recordó que al inicio de la emergencia había solamente 17 recorriendo los lugares sin el servicio de agua potable.
“Hemos sumado cinco hidrantes, cinco cisternas inflables y espero que podamos duplicar este número en lo que resta de la semana”, mencionó Muñoz.
Sin embargo, Gabriel Vallejo, presidente del barrio Mercedes Ayala, contó que desde que comenzó el problema no ha observado el paso de tanqueros, por lo que tuvo que realizar una gestión y dar aviso para obtener agua potable.
“Solo iban a otros barrios, pero al nuestro no. Afortunadamente, un vecino que trabaja en el Municipio hizo el acercamiento y así logramos tener el abastecimiento”, señaló el ciudadano.
Las autoridades municipales ofrecieron que el servicio de agua potable fluirá normalmente el fin de semana próximo, entre el sábado 19 y domingo 20 de julio. (I)