Los transportistas de servicio urbano, así como interprovinciales e intraprovinciales, aseguran que la eliminación del subsidio al diésel decretada por el presidente Daniel Noboa empeora la situación económica de este sector y los llevará a la quiebra.
“Lastimosamente, por la inseguridad terrible que se vive en el país no hay pasajeros, y con la eliminación del subsidio al diésel acabaron con el transporte. Con eso no va a ser necesario que nosotros paralicemos o cerremos las vías, porque se pararán las unidades por falta de recursos para la operación”, aseguró Santiago Narváez, presidente de la Unión de Cooperativas de Transporte de Pasajeros Interprovincial e Intraprovincial de Tungurahua.
La eliminación del subsidio incrementa los costos para llenar el tanque de combustible, dijeron los transportistas. Así, por ejemplo, en la ruta Ambato-Guayaquil se utilizaban $ 100 para tanquear; ahora se lo hará con $ 150, añadió el dirigente.
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Se debe tomar en cuenta que entre semana las unidades van casi vacías, a veces con menos de diez pasajeros; entonces, con el diésel caro, no se tendrá ni siquiera para el combustible, peor para el mantenimiento de las unidades.
Por esa razón, incluso algunos buses, desde este fin de semana, ya no salieron a cumplir con sus frecuencias, dijo Narváez.
Galo Analuisa, exgerente de la Cooperativa de Transporte Urbano Tungurahua, reiteró que la eliminación del subsidio al diésel afecta a la transportación.
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Recordó que las compensaciones de los Gobiernos de turno han sido momentáneas, por dos o tres meses, porque luego se olvidan, lo cual no les conviene.
A la eliminación del subsidio al diésel se debe sumar la falta de atención de municipios, como el de Ambato, que desde 2015 no han atendido la regulación de los pasajes del transporte urbano.
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“Entonces, antes de la medida del Gobierno nacional trabajábamos a pérdida; ahora, con esto, vamos a ir a la quiebra. Es decir, para nosotros ya no es rentable sacar las unidades a trabajar”, aseveró. (I)