El Aeropuerto Ecológico de Galápagos (Ecogal) ha logrado entrar en el grupo reducido de terminales aéreas de América Latina que están en el Nivel 4+ Transición de la Acreditación de Carbono del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).
Esta certificación, alcanzada hace pocos días, está dirigida a los aeropuertos que logran reducciones absolutas de emisiones y que impulsan a sus socios a sumarse a la acción climática.
Asimismo, está alineada con los principios del Acuerdo de París y orientada a reducir emisiones reales, promover energías limpias y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático.
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Durante los últimos años, el aeropuerto de Baltra —el principal de las islas Galápagos— ha transformado sus operaciones hacia un modelo de sostenibilidad integral, que incluye la recirculación de agua, el uso de energías renovables, un sistema de biodigestores, la gestión responsable de residuos y la promoción de programas educativos.
La terminal aérea de Galápagos ya ha estado intervenida en procesos de compensación de huella apoyando proyectos contra la tala de bosques en comunidades de África. Estos se financian con las compensaciones que hacen empresas por la huella de carbono emitida.
Estar en el Nivel 4+ implica el compromiso de avanzar en un plan de reducción de carbono. Con ello, la terminal de Baltra tiene estipulado para 2034 alcanzar el 70 % de la reducción de emisiones respecto al año base 2014. La premisa es avanzar hacia 2050 a carbono cero.
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Jorge Rosillo, gerente general del Ecogal, explicó que para cumplir con ese objetivo se necesitará que toda la comunidad ligada al aeropuerto ejecute acciones. “Todos nos ponemos de acuerdo para poder ser carbono cero, esto es un hito”, afirmó.
El funcionario explicó que, como aeropuerto, tienen un plan para incrementar al 100 % la energía solar con paneles en la terminal. Hoy la energía solar cubre el 15 %. Se inició en el 30 %, pero los paneles de 2011 están desgastados y se los reemplazará.
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“En 2026 se completará el reemplazo tras una licitación, con el objetivo de alcanzar el 100 % de energía renovable”, indicó Rosillo, quien sostuvo que para eso se invertirán $ 250.000.
Otras acciones que se buscan impulsar son electrificar la flota de vehículos propia y de proveedores, sustituir aires acondicionados por equipos altamente eficientes compatibles con energía solar, entre otras. “Hemos empezado a cambiar los aires”, manifestó Rosillo.
Rosillo apuntó que todo lo que se hace pasa por una evaluación y un proceso de auditoría. “ACI hace la evaluación, pero hay que probar lo realizado con un proceso de auditoría, efectuado por un organismo tercero”, explicó.
El ejecutivo recordó que desde sus inicios el aeropuerto fue diseñado para tener un menor consumo de energía. La terminal, por ejemplo, no tiene bandas transportadoras de maletas, sino una pequeña con rodillo de gravedad.
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Actualmente, además del aeropuerto de Galápagos, la terminal aérea de Quito y de Salvador de Bahía, de Brasil, tienen la certificación Nivel 4+.
Además de esta, el aeropuerto de Galápagos también recibió días atrás, en una reunión de la ACI, una certificación de aeropuerto verde.
La terminal espera mover este año 525.000 pasajeros, es decir, un ligero crecimiento frente a los 514.000 de 2024. (I)


















