Las oficinas de Worldcoin ubicadas en la calle Panamá, entre Tomás Martínez e Imbabura, en el centro de Guayaquil, llevan una semana clausuradas por problemas con la tasa municipal, algo similar ocurrió en La Garzota, en el norte de la ciudad. Por su parte, diferentes entidades de control, así como expertos, alertan sobre la importancia de cuidar los datos personales y de no acceder a plataformas desconocidas.

La afluencia de personas en las oficinas donde se escanea el iris para sumarse al proyecto que ofrece criptomonedas a cambio es prácticamente nula en el centro de Guayaquil. Esto contrasta con la semana anterior, cuando se registró la concurrencia de cientos de personas. Incluso el viernes 2 de agosto, cuando ya estaba clausurado ese local, aún quedaban personas que brindaban información. Sin embargo, el miércoles 7 de agosto ya no había nadie.

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Superintendente de Protección de Datos asegura que no tienen personal y les falta recursos para supervisar actividades de Worldcoin

No solo esa oficina del centro de Guayaquil fue clausurada, también está cerrada la ubicada en La Garzota, en el norte de la ciudad, desde el 3 de agosto, indica el sello. En donde sí se mantiene la atención es en la oficina que se encuentra en la avenida Domingo Comín, en el sur de Guayaquil, y asimismo en Quito, pero con menos afluencia de personas.

Proteger la información

La Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), a través de sus redes sociales, alertó la semana pasada sobre la importancia de cuidar los datos biométricos. De forma similar, el martes 6 de agosto, la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros también se pronunció

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Superintendencia de Compañías insta a no acceder a plataformas desconocidas que soliciten escanear el iris ocular o las huellas digitales

Mediante un comunicado, la Superintendencia indica que “la actividad que realizan al escanear el iris involucra la obtención de información biométrica muy sensible, de la cual se desconocen los fines para los cuales están realizando la recopilación y almacenamiento de estos datos, lo cual pone en riesgo la seguridad y privacidad de los ciudadanos”.

Esta recomendación concuerda con lo manifestado por los expertos. Christian Espinosa, abogado especializado en ciberseguridad, privacidad y tecnologías, comenta que la norma ecuatoriana de protección de datos personales exige una serie de parámetros que tienen que ser informados al titular antes de iniciar el uso de los datos personales y eso es parte de lo que no se hace en la empresa, es decir, no hay claridad sobre cuáles van a ser los fines posteriores, cuáles van a ser los mecanismos, con quién se va a compartir esa información, entre tantas otras cosas, que la misma ley exige.

Directivo de Worldcoin: No contamos con una licencia de las autoridades de Ecuador para operar porque entendemos que no aplica

Agrega que la norma también indica que quien accedió está en capacidad de decirles “borren mis datos”. Si ese mecanismo no está claro o no está declarado cómo se puede hacer esa eliminación de datos, también es un riesgo para las personas, porque a través del dato iris, a través de ese dato biométrico en particular, se exponen a una serie de riesgos:

  • Discriminación.
  • Suplantación de identidad, esto porque es un dato tan preciso que frente a una mala utilización, falta de información y falta de control del titular es un riesgo extremadamente significativo.

Un criterio similar tiene el docente de la Facultad de Ingeniería de Electricidad y Computación (FIEC) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) Rafael Bonilla, quien agrega que no se saben “cuáles son las prácticas reales de esta empresa, con qué propósito están recolectando toda esta información, qué uso le van a dar…”. “Hay mucha incertidumbre y, ante esa incertidumbre, es mejor no vender una información que puede ser luego utilizada para identificarme digitalmente”, señala.

Escanear el iris por ‘65 moneditas durante el año’, pero ‘es lo mismo que vender la huella digital’

Espinosa añade que en el futuro eso podría permitirle a alguien armar ataques o suplantación de identidad. “Hay un montón de riesgos que se abren a partir de eso, pero por el momento creo que lo mejor —antes de hablar de todos esos riesgos— es simplemente educar en que es algo que no se debería hacer”.

En ese contexto, la recomendación para la ciudadanía “es simplemente no acudir” y que lo “vean como que están vendiendo su huella digital, es exactamente lo mismo, la única diferencia es que en este momento los sistemas no usan el iris, pero nada impide que mañana el banco comience a utilizar el iris como medida biométrica”.

La recomendación para las personas que están pensando ir, de acuerdo con Espinosa, es informarse, es decir, revisar lo siguiente:

  • Los avisos de privacidad de la empresa.
  • Los protocolos de la empresa.
  • Si hay mecanismos realmente funcionales para controlar los datos y para pedir eliminación, oposición, suspensión del uso de los datos, que son algunos de los derechos que da la norma ecuatoriana.
  • Sobre todo, si esta empresa realmente tiene una capacidad en Ecuador de responder frente a estos requerimientos.

Para quienes ya lo hicieron, Espinosa sugiere estar muy atentos con lo que está pasando con sus datos, porque al final del camino si hay una filtración de datos en el futuro o si la empresa decide empezar a utilizar sus datos para diversas finalidades, tienen que estar enterados de para qué se van a utilizar los datos. “A mí no me sorprende que en un año o en dos años empecemos a ver dispositivos que se vendan para utilizar en las computadoras, con los que se haga el escaneo del iris para acceder al computador, ya esto es casi de película”, dice. (I)