“La gente hace al revés: primero gasta y, después, de lo que le queda, ahorra”, lamenta Elisabet Ruiz Dotras, profesora de Economía de la Universidad de Cataluña.

Para esta experta en economía, hay al menos siete consejos importantes a tener en cuenta este año en que parece difícil poder ahorrar.

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El promedio de la inflación anualizada de los alimentos en América Latina fue del 43,9% en septiembre de 2022, mientras que a nivel global no superó el 23%, según la base de datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El promedio de la inflación de los alimentos a nivel mundial indica una baja del 20,5% del récord alcanzado al inicio de la guerra, Haití con 48,6%, Surinam con 58,3%, Argentina con 110% y Venezuela con 158%, según los últimos datos registrados por país en Trading Economics, hacen que a América Latina le resulte mucho más trabajoso revertir la curva negativa. Sin embargo, a pesar de este contexto, Ruiz Dotras deja claro que ahorrar es esencial: “Quien no tenga por objetivo ahorrar está equivocado”. Pero ¿cómo puede conseguirse?

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Los consejos de una experta

  1. Revisa los gastos. Identificar dónde se puede recortar es el primer paso hacia una gestión financiera más saludable. “Hay que mirar los gastos, a pesar de que lo hace poca gente”. Haciendo esta sencilla revisión seguro que se encontrarán gastos innecesarios o suscripciones olvidadas que representan una considerable cantidad de dinero a final de año. Aconseja que se use la tecnología y ta que la mayoría de la gente gestiona sus finanzas en línea, se podrán descargar los extractos bancarios o analizar los gastos desde la aplicación del banco.
  2. No gastar más del 15 % de tus ingresos en ocio. Al asignar un presupuesto específico para el ocio, lo que se consigue es no sacrificar el bienestar financiero por instantes de diversión. Por eso, es aconsejable establecer un límite “que esté entre el 10 % y el 15 % de nuestros ingresos”. La experta pone de ejemplo cómo aumentó el ahorro durante la pandemia a causa, precisamente, de la reducción de los gastos de ocio.
  3. Reflexionar antes de comprar. ¿Cuántas veces hemos oído aquello de “comprar por comprar”? Según varios estudios, la serotonina y la dopamina juegan un papel importante en las decisiones de compras impulsivas. La experta aconseja preguntarse si realmente se necesita el producto o es solo un capricho momentáneo.
  4. Hacer la lista de la compra. Es importante ir al supermercado con una idea clara de cuáles son las cosas que se necesitan. Si las personas tienen claro cuáles son los productos que van a comprar, se reduce el riesgo de realizar compras innecesarias, porque también la recnología puede ayudar a anotar los productos realmente necesarios.
  5. Comparar precios. Hacer una comparativa de precios es importante, porque permite adquirir lo que es más conveniente según las necesidades de las familias o encontrar buenas ofertas. “Es una práctica que hay que llevar a cabo tanto si hacemos compras presenciales como si las hacemos de forma virtual”, afirma la profesora.
  6. Controlar los gastos cotidianos invisibles. Llevarse la comida de casa al trabajo para evitar comer fuera muy seguido es parte de los pequeños gestos que también pueden suponer un ahorro importante, como apagar los dispositivos en lugar de dejarlos en espera o stand by, unificar cuentas bancarias para tener solo un único gasto en comisiones o comprar los electrodomésticos más eficientes y hacer un uso racional de ellos.
  7. Establecer objetivos de ahorro realistas. La recomendación de la experta es que antes de gastar primero establecer cuánto queremos ahorrar y después ajustar los otros gastos. Para conseguirlo, lo que recomienda es que a la hora de recibir el sueldo mensual se separe automáticamente la parte que irá al ahorro. Sin embargo, también deja claro que, a pesar de que se fije un objetivo realista, ahorrar requiere un esfuerzo.

Finalmente, Elisabet Ruiz Dotras insiste en cultivar la educación financiera, la misma que empieza, o debería empezar, en el ámbito familiar, y es fundamental inculcar hábitos de ahorro saludable desde pequeños. (I)



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