Las tensiones internas que vive el país por la eliminación del subsidio al diésel, con cierres de vías y anuncios de movilizaciones, no han afectado la confianza de los mercados internacionales sobre las decisiones del Gobierno. Esto se ve reflejado en la reducción del riesgo país, que el lunes 15 de septiembre bajó a 672 puntos básicos.
El indicador descendió 17 puntos, en comparación con las 689 unidades que alcanzó el pasado viernes 12 de septiembre, según datos del Banco Central del Ecuador (BCE).
El riesgo país es elaborado por el banco de inversión estadounidense J.P. Morgan. Mide la percepción de los inversionistas sobre la capacidad y voluntad política que tiene un país para pagar los bonos de deuda externa. Mientras más alto sea el puntaje se considera que hay mayor peligro de impago.
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Tres economistas consultados por este Diario explican que el indicador no refleja directamente la situación política o económica que está atravesando el país, sino la confianza que tienen los mercados sobre el pago de la deuda.
Francisco Borja Avilés, profesor de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), analiza que la baja del riesgo país se entiende por la liquidez que tendrá Ecuador con la eliminación del subsidio y por los desembolsos que se esperan este año desde el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Precisa el riesgo país no mide la incertidumbre que existe en los agentes económicos internos. Cita el índice elaborado por la USFQ, el cual indica que la “incertidumbre económica está subiendo”.
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Borja indica que el bajo riesgo país que ahora se presenta podría cambiar de rumbo, si en las siguientes semanas o días la presión social empuja al Gobierno a modular o dar marcha atrás a su decisión sobre el subsidio al diésel. Si esto ocurre, “se podría asumir como un rompimiento de los compromisos con el FMI y que el país perdería liquidez para cumplir sus compromisos”.
Por su parte, el economista Andrés Albuja anota que el riesgo país actual es un efecto de la cercanía del Gobierno con los mercados financieros internacionales, así como con organismos multilaterales y socios comerciales.
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También es efecto de la visita que hizo a Ecuador el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
Por eso, para Albuja, a pesar que el alza del diésel incrementa el riesgo político para la administración de Daniel Noboa, “no repercute directamente en el riesgo país porque es un indicador altamente subjetivo y especulativo, que no refleja la situación macroeconómica”.
De ahí que el analista anota que Ecuador tiene un alto déficit fiscal, bajo crecimiento económico y una elevada deuda pública. Además, señala que el actual Gobierno es el que ha tenido el promedio de riesgo país más grande, con un 30 % más alto que el promedio histórico de los últimos 25 años.
Para Juan Carlos Salvador, expresidente del Colegio de Economistas de Pichincha, aunque los 672 puntos registrados el 15 de septiembre marcan la continuidad de una tendencia a la baja que viene desde el 10 de abril, Ecuador todavía está entre los países de la región con mayor riesgo, lejos de Uruguay (73 puntos), Perú (133) y Colombia (266).
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Describe que la tendencia a la baja del riesgo país se debe a las perspectivas de crecimiento económico (3,8 % para 2025, el Banco Central), estabilidad del precio del crudo WTI, reducción de incertidumbre global ante un pico ocurrido por los aranceles recíprocos, incremento del IVA, cumplimiento de metas con el FMI, medidas para fortalecer los ingresos permanentes.
No obstante, Salvador recalca que el índice elaborado por J.P. Morgan no analiza la condición general de la economía ecuatoriana, considerando que el déficit fiscal proyectado para este año es de $ 5.600 millones, según la proforma vigente.
Los expertos consultados opinan que el momento que experimenta el riesgo país de Ecuador podría ser aprovechado por el Gobierno para conseguir financiamiento mediante emisión de bonos en los mercados internacionales. (I)