El feriado del 9 de octubre por los 205 años de la independencia de Guayaquil tendrá dos componentes: será de cuatro días y en el contexto de una paralización convocada por el movimiento indígena tras el aumento en el precio del diésel.
El presidente Daniel Noboa dispuso, mediante el Decreto Ejecutivo n.º 172, la suspensión por única vez de la jornada laboral en todo el territorio nacional, tanto para el sector público como para el privado, del jueves 9 de octubre.
La medida tiene como objetivo incorporar esta fecha al feriado nacional que se extenderá del 9 al 12 de octubre de 2025, con lo cual se generará un descanso prolongado de cuatro días consecutivos.
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El decreto establece que la jornada de trabajo suspendida no será recuperable.
La justificación oficial de la medida es que el Gobierno busca impulsar el turismo interno y reactivar las economías locales. Sin embargo, a puertas de un feriado con un paro de por medio, el ámbito turístico es cauto sobre las expectativas que podrían generar los días de asueto.
La decisión del Ejecutivo tomó por sorpresa al sector turístico. Juan Pablo Vanegas, presidente de la Cámara de Turismo del Azuay, indicó que no estaba contemplado. La sorpresa también llegó de operadores de la provincia de Santa Elena.
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Ven positivo que haya más días, pero se considera que un viaje se lo planifica con anticipación, no de última hora.
Para Vanegas, hay una realidad diferente por la paralización. La conectividad desde Guayaquil, Machala y Loja hacia Cuenca es normal, agregó. No obstante, al ser la protesta nacional y sin la seguridad de qué días habrá o no cierres, eso podría generar problemas de visitas.
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Recordó además que en esa ciudad hay un decreto de estado de excepción que podría afectar las actividades de descanso.
El anuncio del Gobierno los ha puesto a programar eventos y deben establecer las tarifas hoteleras.
Vanegas recordó que la ocupación en los feriados nacionales o locales en esa localidad ha superado el 85 % y el que viene, en años anteriores, ha ido más allá del 80 % de ocupación hotelera.
La expectativa es mejorar ese porcentaje, pero prefirió no hacer una estimación, aunque precisó que ya hay un 40 % de reservaciones.
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Raúl García, vicepresidente de la Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo del Ecuador (Fenacaptur), mencionó que un día más puede ayudar al sector, que ya lleva varias jornadas perdidas por el paro.
García consideró que en las playas la presencia de turistas puede ser muy buena porque las carreteras están libres.
En el caso de Otavalo, en Imbabura, y en otras zonas, espera que el cierre vial concluya para una recuperación.
Detalló que hay cancelaciones de visitantes extranjeros.
Juan Fernando Arévalo, presidente de la Cámara Provincial de Turismo de Napo, mira con expectativa el feriado, pero sostiene que atraviesan semanas difíciles.
Adujo que hay una percepción de riesgo que ha frenado la llegada de visitantes, lo que representa pérdidas estimadas en alrededor de $ 20.000 diarios a nivel provincial con unos 600 turistas menos. Esto, a pesar de que en Napo las vías de acceso están habilitadas y la situación es tranquila.
“Si bien el feriado largo podría convertirse en una oportunidad, mientras no se resuelvan los conflictos nacionales y no mejore la confianza del viajero, no podemos tener expectativas muy altas”, indicó Arévalo.
Luis Tenempaguay, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena, expresó que la decisión del Gobierno la recibieron con entusiasmo, pero hizo votos para que el paro concluya porque a las playas también llega gente de Cuenca, Loja, Ambato y Guaranda.
Aún hay pocas reservas en esa provincia y espera que aumenten con el pasar de los días.
“La afectación es a largo plazo, la recuperación (de los) paros (de) 2019 y 2022 fue muy lenta, con una imagen muy mala del país para el turismo internacional: boletos de vuelos que no se pueden tomar, turistas encerrados en hoteles que no pueden llegar a sus destinos, pérdidas de equipaje que nadie responde”, manifestó García. (I)