El 2024 marcó el retorno de una reconocida marca local de helados artesanales: Heladería Zanzíbar, que en la década de los noventa llegó a tener 18 establecimientos en las principales ciudades del país: Quito, Machala, Esmeraldas, Cuenca, Ibarra, Guayaquil y Riobamba. Así lo recuerda Cristina Tobar, gerente de Operaciones de la firma e hija de José Tobar, quien fundó la marca hace 42 años, en 1982, cuando abrió las puertas de su primer local en la av. 6 de Diciembre y Belorizonte.

El negocio lo había dejado en 1999 tras venderlo a otra empresa ecuatoriana. Sin embargo, luego de años se recuperó la marca y en 2020 —en plena pandemia— José decidió retomar la creación de helados junto con sus hijos y sobrino. Y en estos últimos cuatro años se dedicó a realizar entregas a domicilio, sin contar con un local físico. Hasta ahora, en que, con una inversión de $ 50.000, Zanzíbar inauguró el 10 de julio pasado otra vez un primer local en Quito.

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“Hoy en día, los helados Zanzíbar siguen siendo producidos por su fundador, teniendo como apoyo a una segunda generación para toda la parte comercial”, asegura Cristina. Zanzíbar produce sus helados en Cayambe con leche recién ordeñada de vacas con 100 % libre pastoreo y están hechos a base de una receta creada y perfeccionada desde 1982.

Resalta que los helados Zanzíbar son artesanales superprémium. “Esto quiere decir que son helados con un alto contenido de sólidos, con muy poco aire añadido y hechos con los mejores ingredientes. Esto hace que los helados sean más cremosos y de la mejor calidad posible”, explica.

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Los helados Zanzíbar siguen siendo producidos por su fundador, José Tobar, teniendo como apoyo a una segunda generación de su familia para toda la parte comercial; entre ellos está su hija Cristina Tobar, gerente de Operaciones de la empresa. Foto: Cortesía de Heladería Zanzibar

Recuerda que cuando Zanzíbar llegó a los 18 locales, en 1997, 10 de ellos eran operados por franquiciarios y 8 directamente por José Tobar y su esposa, María Pía Cordovez. La gerente de Operaciones de Zanzíbar aseguró que, debido a su vasta experiencia en la industria láctea y profesión como ingeniero químico, su padre logró desarrollar helados de muy alta calidad.

“La producción de helados siempre fue manejada por la familia y se realizaban en una misma planta para mantener la calidad del producto en todos los locales. En el local actual está involucrada toda la familia: José está enfocado en la producción de los helados y sus hijos y sobrino a la operación del local”, indica la directiva.

Heladería es punto de encuentro por los cortes de luz

Aunque pareciera que en época de apagones no es buen tiempo para una heladería, Tobar resalta que el nuevo establecimiento se ha convertido en un punto de encuentro donde mucha gente va a trabajar y tomar un café o un helado cuando no tiene luz en sus casas. Y es que el local de Zanzíbar está ubicado en la plaza Hilacril en Tumbaco, donde cuenta con un generador eléctrico que permite brindar un servicio ininterrumpido a los clientes y mantener el producto en estado óptimo en todo momento.

Con este nuevo local también llegaron nuevos sabores de helados elaborados con leche 100 % grass fed. Además, los ingredientes que se utilizan para la preparación son elaborados de manera artesanal, como el caramelo, los braunis y pulpas frutales, asegurando de esta manera la calidad de sus productos y el apoyo a la producción nacional, cuenta Tobar.

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Con más de 20 sabores clásicos, como caramelo, manjar y café, la empresa se encuentra en constante desarrollo e innovación. En octubre, la heladería lanzó tres nuevos sabores como edición limitada: matcha, earl grey tea y honeycomb, los cuales serán evaluados por los consumidores para decidir si formarán parte del menú de forma permanente. Además, como parte de su propuesta innovadora, presentará en noviembre un helado de temporada: pumpkin pie, un sabor especial para celebrar Halloween y Thanksgiving.

Mientras, la marca proyecta un crecimiento continuo, con planes de abrir más locales en Quito y expandirse a nivel nacional. “Por el momento, el plan es abrir un segundo local en Quito el próximo año y ojalá próximamente seguir expandiendo la marca alrededor de la ciudad y el país”, revela Cristina Tobar. (I)