Que algunos ciudadanos tengan un contrato formal pero registren una reducción en su jornada del 30 % o hasta 50 %, o quienes fueron contratados por productividad y no ligados al cumplimiento de un horario de oficina, son para los expertos algunas de las razones para que el promedio de horas laborales en el país sea menor a 40.

Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), correspondiente al mes de junio, el promedio de horas laborales en hombres a la semana es de 37, mientras que para las mujeres es de 31.

Y con esto los ingresos también son bajos: para los hombres hay un promedio de $ 304 y para las mujeres de $ 265.

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La tendencia a la baja de horas laborales se ha mantenido desde septiembre de 2020. En 2019, los hombres registraron de 38 a 39 horas a la semana; las mujeres, 34 horas.

En cambio, en diciembre de 2018 se dio el último mayor registro, con un promedio de 40 horas laborales en hombres a la semana, según datos del INEC.

La mujer siempre ha estado a la baja, con 33 horas. Solo tuvo su mayor ascenso en 2010, con 38 horas.

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Jorge Calderón, analista económico, atribuye el mayor descenso de horas desde septiembre de 2020 por la reducción de la jornada.

Con 6,3 %, mayo fue el peor mes del año en desempleo, según los datos mensuales del INEC

“Al estar trabajando menos tienen menos ingresos, y esto se debe al hecho de que todavía están con el contrato de reducción de horas”, dice.

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La reducción de la jornada fue aplicada en marzo de 2020 por la pandemia como una modalidad de trabajo al 30 %; luego, con la Ley Humanitaria, se estableció otra reducción de hasta un máximo del 50 %. Y en esa misma normativa se creó el contrato especial emergente, con un mínimo de 20 horas semanales y un máximo de 40. Estas figuras, si es que fueron renovadas, culminan en junio de 2022.

Calderón indica que otra de las razones para la reducción del promedio de horas es el golpe económico a ciertos sectores debido a la pandemia. Y resalta que no necesariamente puedan estar registrados en las modalidades antes mencionadas.

“Por ejemplo, en el área de eventos, ferias, es un grupo deprimido y hace que su personal trabaje menos horas en la semana”, apunta.

Héctor Delgado, analista económico, considera que los tipos de contrato también han influido. Por ejemplo, en aquellos en los que se labora por productividad, objetivos y no por cumplir un horario.

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Además, cree que las cifras no reflejan toda la realidad. Y de ser el caso, cambiaría ese promedio de 37 y 31 horas laborables a la semana.

Con el teletrabajo es complicado llevar un control del número de horas, y podría ser que esas cifras no estén dando la realidad: una persona que entra a las 08:00 y, en teoría, sale a las 17:00 se ha visto que trabaja más y esas horas no son cuantificadas”, explica.

En tanto, el desempleo bajó 1,2 %, esto es, que unas 111.000 personas salieron de ese segmento. Actualmente existen 426.875 desempleados, según cifras de INEC.

Este segmento cuenta con desempleo abierto, que se ubicó en 4,7 %; y el oculto (quienes no hacen gestión de búsqueda), con el 0,4 %.

Unas 111.000 personas salieron del desempleo en junio, según cifras de INEC

En relación al empleo adecuado, se incrementó de 2,5 % a 2,6 %. Esto es que 35.230 personas accedieron a un trabajo en el mes anterior. El 38,1 % está concentrado en el área urbana y el 17,6 % en el área rural.

Mientras que el subempleo no varió mucho: pasó de 1′970.477 a 1′917.390 personas.

A través de un comunicado, el INEC explicó que desde el 2020 hasta mayo de 2021 en la Enemdu se implementaron varios cambios metodológicos asociados al tamaño y distribución de la muestra, nivel de representatividad de los estimadores y construcción de factores de ponderación.

Menos de 1 % disminuyó la pobreza y la pobreza extrema en seis meses

En 32,2 % se ubicó la pobreza a nivel nacional en junio de 2021, y la pobreza extrema en 14,7 %, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Estos dos porcentajes reflejan una disminución de menos del 1 % en comparación con la de diciembre de 2020.

Por ejemplo, la pobreza nacional decayó 0,8 % y la extrema 0,7 %.

En el área urbana la pobreza pasó del 25,4 % al 24,2 %, y la pobreza extrema de 9,0 % a 8,4 %. Mientras que en el área rural la pobreza se mantuvo en los mismos niveles de diciembre de 2020, con 49,2 %; la pobreza extrema en ese sector pasó de 29,1 % a 28,0 %.

En Ecuador se considera a una persona pobre por ingresos percápita menores a $ 84,71 mensuales, y pobre extremo si percibe menos de $ 47,74.

En tanto, el INEC utilizó el indicador coeficiente de Gini, que mide el grado de desigualdad de una variable en una distribución.

El índice comprende valores desde cero (perfecta igualdad) hasta uno (perfecta desigualdad). En este caso, la desigualdad está en términos del ingreso percápita del hogar, dice el INEC.

Una de cada cinco trabajadoras domésticas perdió su empleo por la pandemia. En Ecuador la situación fue peor

Y así determinó que en junio el coeficiente de Gini, a nivel nacional, fue de 0,493. En el área urbana es de 0,478 y en el área rural es de 0,477.

El INEC, además, explica el significado de línea de pobreza, que consiste en el nivel de ingreso mínimo disponible que necesita un individuo para no ser considerado pobre.

Y menciona que se actualiza mediante el índice de precios al consumidor (IPC). (I)