El Gobierno ha hablado, en estos días, de que Ecuador está recibiendo un shock de inversión privada, mientras reporta una inversión pública con modestos niveles de ejecución. La inversión privada, tanto extranjera como local, es la clave para la generación de empleo, según considera el Gobierno. De alguna manera también podría serlo la inversión pública.

Sin embargo, aunque el Gobierno ha dado un giro de timón hacia la apertura económica y se ha buscado posicionar al país como un destino atractivo a la inversión, los recursos por inversión aún no fluyen como se requiere. Los buenos factores que pueden ayudar al país: dolarización, baja inflación, apertura a mercados, se ven opacados por la inestabilidad política y la falta de certezas sobre lo que podrá suceder en la siguiente administración.

El ministro de Producción, Julio José Prado, anunció hace pocas semanas un hito que confirmaría que Ecuador está en el camino de tener un shock de inversión. Dijo que entre 2021 y 2022 se han firmado contratos de inversión por $ 5.000 millones. De estos, en 2021 se firmaron contratos de inversión privada (extranjera y local) por $ 2.158 millones y otros $ 2.830 millones en 2022. Estos contratos se ejecutan en el tiempo (entre 10 y 20 años), por lo que el flujo de recursos no es inmediato. Sin embargo, se calcula que de los contratos firmados en 2021 llegarían $ 1.190 millones hasta 2023 ($ 362 millones en 2021, $ 338 millones en 2022 y $ 490 millones en 2023). Entre tanto, de los recursos de contratos firmados en 2022 llegarían $ 2.000 millones hasta el 2023 ($ 1.000 millones en 2022 y otros $ 1.000 millones en 2023). Así, dichos recursos serán realidad en un futuro cercano.

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Estos recursos se han repartido en diversos sectores de manera primordial:

Sectores de interés de<br/> contratos de inversiónPorcentaje
Industrial18 %
Minería17 %
Energía renovable16 %
Acuícola13 %
Tecnología5 %
Turismo3 %
Otros sectores28 %

El ministro Prado ha dicho que los contratos firmados en este Gobierno garantizan un mínimo de 24.000 empleos, de acuerdo con lo que establece el convenio, pero consideran que lo que se generará en la práctica será mucho más: al menos 130.000 empleos directos y 260.000 indirectos.

Entre tanto, Roberto Salas, secretario técnico de Alianzas Público-Privadas y Gestión Delegada, considera que en este primer año se han generado tres grandes hitos en cuanto a la atracción de inversiones. El primero ha sido justamente posicionar al país en el radar de inversionistas con la demostración de que las cuentas fiscales están más ordenadas y equilibradas, mostrando además que son sostenibles en el tiempo. Esto, dice, ya se ha reflejado a través del riesgo país. De acuerdo con Salas, si bien este indicador aún se mantiene alto, su evolución ha sido favorable, sobre todo si se compara con otros países. Explica que el riesgo país afecta a todos los países que son medidos por este indicador, debido a que la situación a nivel mundial es muy compleja. En todo caso, recuerda que antes de que ganara el presidente Lasso, en abril del 2021, el riesgo país estaba por sobre los 1.600 puntos; pero cuando triunfó bajó a la mitad.

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De acuerdo con los datos de riesgo país de la publicación Ámbito, en este año, el riesgo país de Ecuador se ha mantenido oscilando entre 700 y 800 puntos (del 20 de mayo de 2021 al 20 de mayo de 2022 subió de 714 a 819. Otros países, en cambio, han ido al alza de manera más pronunciada. Por ejemplo Argentina, en el último año ha pasado de 1.519 a 1.940 puntos. Colombia pasó en el mismo periodo de 249 a 406 puntos, es decir, casi duplicó.

Un tercer elemento, dice Salas, ha sido el enorme trabajo en la estructuración de proyectos para que estos tengan buenos procesos licitatorios. Así, indica que ya han salido unos pocos proyectos y otros están por salir en temas como hidrocarburos, carreteras, infraestructura. Explica que estos procesos toman tiempo antes del inicio de obra, pero para Salas empezaría el despegue en año o año y medio. Esto podría ser más rápido “si no nos dejamos desesperar por temas políticos”. Considera que todo se irá consolidando para el 2023.

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Sin embargo, Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), no es tan optimista. Explica que la inversión tanto pública como privada está caída. El 2021 se cerró con una inversión en toda la economía del 21 % del PIB y dentro de esta, 12 puntos eran de inversión privada. Se trata de una cifra baja, aun comparando con años malos como 2019 o 2018, comenta. Para Carrera, la prueba de la baja inversión está en los indicadores de empleo, que no mejoran, sobre todo en el empleo pleno. “La población que no tiene trabajo adecuado llega a 5,5 millones de personas”, asegura. Según Carrera, la ejecución de inversión pública es prácticamente nula. Asegura que el cumplimiento de las previsiones de inversión pública y privada depende de varios factores, que aún son inciertos: ingresos petroleros, ingresos de multilaterales, entre otros.

Fernando Díaz, analista de Citi Research Nueva York, cree que el Gobierno ha hecho bien en generar una macroeconomía ordenada y estable, pues en este contexto florece la inversión. Esto se traduce en una evolución favorable de los bonos ecuatorianos en el mercado. Explica que el mercado ve muchos avances en varias dimensiones, sin embargo acepta que los rendimientos de los bonos siguen siendo altos, pues el mercado reconoce los riesgos en la sostenibilidad de los cambios, es decir, hay incertidumbre en lo que pudiera pasar si llega un Gobierno de una orientación distinta en 2025.

A pesar de que la mayoría de países de la región actualmente tienen un acceso más fluido al financiamiento, tienen moneda propia, lo que les permite aplicar políticas contracíclicas, se nota que sus cuentas fiscales se están deteriorando y la deuda subiendo bastante rápido. En cambio en Ecuador, el tema fiscal se está fortaleciendo y la deuda está bajando.

Mientras, la inversión pública aparece muy modesta en estos días, de acuerdo con las cifras del Ministerio de Economía y Finanzas. El ministro de Economía, Simón Cueva, anunció que el Plan Anual de Inversiones asciende a $ 1.870 millones, que sería un 19 % más que en 2021, pero haciendo una comparación adecuada, pues anteriormente se habían incluido varios rubros que no correspondían en inversión. Según los planes de inversión del Gobierno, para educación irán unos $ 374 millones; salud recibirá $ 298 millones; $ 250 millones para comunicaciones; unos $ 132 millones en el año recibirá recursos naturales y $ 118 millones se entregarán a defensa nacional.

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Pese a la previsión, la ejecución presupuestaria de enero a abril del 2022 es baja. De acuerdo con Finanzas, el porcentaje de ejecución se mantiene en niveles parecidos a años pasados, pero ese indicador es menor al 10 %.

Este año el Gobierno desarrolló un megaevento denominado Ecuador Open for Business, que marcó claramente la postura del país en la apertura a la inversión. Sin embargo, también sufrió un revés este año tras la presentación de la ley de inversiones que fue rechazada por la Asamblea. Esta proponía, entre otros temas, la creación de zonas francas, un nuevo esquema para las bolsas de valores a fin de fusionarlas con bolsas regionales y una normativa clara sobre alianzas público -privadas y operaciones de gestión delegada. El Gobierno ha demorado la presentación de una reforma laboral debido a la falta de viabilidad política en la Asamblea. (I)