Los zapatos, ropa y accesorios quedaron de lado cuando se desató la pandemia y el país entró al confinamiento. Pero tras quince meses se revierten los efectos de esta contracción en el consumo porque la moda se adaptó al trabajo y estudio en casa, a la bioseguridad y porque los niños crecen y siguen necesitando vestirse.

En marzo del 2020, al inicio de la emergencia los clientes centraron su atención en los alimentos y el cuidado de la salud. Zapatos, maquillaje, carteras o perfumes dejaron de ser prioritarios para los consumidores. Aunque ropa interior de niños y medias, por ejemplo, siempre fueron necesitados.

“Como consecuencia del cierre temporal de las tiendas físicas nuestra actividad comercial disminuyó a un 10 %”, indica Priscila Altamirano, presidenta ejecutiva de Almacenes De Prati. Resalta que el servicio de compras online fue una pieza clave para seguir operando.

Publicidad

Y es que la pandemia impactó en la mayoría de los negocios a nivel mundial y la moda fue una de las industrias más golpeadas, no solo en Ecuador sino en todo el mundo, agrega Etafashion.

En un primer momento de reactivación el interés de los clientes se enfocó en adquirir tecnología por el teletrabajo y telestudio o artículos para el hogar. Mientras tanto, la demanda de productos de moda, que en un principio tuvo una caída, se adaptó a las nuevas necesidades de los clientes que en los últimos meses han buscado prendas de vestir cómodas que se puedan usar tanto dentro como fuera de casa.

De Prati comenta que las ventas se activaron por la rápida adaptación de la oferta de moda, hogar, belleza y tecnología, así como el desarrollo de la tienda online, y así garantizar la sostenibilidad del negocio.

Publicidad

“Activamos estrategias que nos permitieron llegar a los consumidores con una oferta adaptada a sus nuevas necesidades. De Prati desarrolló todo un concepto “comfy”, para todas las edades y aplicado a todos los estilos, donde destacaron prendas cómodas, estilos que combinan lo formal con calzado urbanos o deportivos casuales. Ampliamos y especializamos nuestra oferta en pijamería, además de colecciones con productos de alta calidad elaboradas 100 % en algodón para brindar mayor comodidad y suavidad”. Y opciones de calzado cómodo que se combinan con estilos ejecutivos y casuales para crear looks más relajados, comenta Altamirano.

Etafashion se adaptó a la “nueva normalidad” a través de la inclusión de productos. “Prendas antifluido, mascarillas, alcohol, gel antibacterial fueron algunos de los productos más demandados en nuestras tiendas durante los primeros meses de la pandemia. Con el paso del tiempo, la moda comfy o cómoda se presentó como una de las alternativas más aceptadas por los clientes”. Potencializaron las prendas básicas y deportivas tanto para mujeres, hombres y niños. Y por ejemplo, los sneakers ha sido el tipo de calzado más buscado por los clientes y este se ha incluido dentro de todo protocolo de vestimenta.

Publicidad

Etafashion potencializó sus prendas básicas y deportivas, la tendencia Loungear y los sneakers, el tipo de calzado más buscado en sus tiendas. Foto: El Universo

Estas cadenas notan una recuperación frente al 2020, aunque no dan una cifra o porcentaje.

De Prati se enfoca en su camino hacia la omnicanalidad, integrando la experiencia física y digital. Toda su oferta está adaptada a la nueva realidad con varias opciones de compra a través de la tienda virtual deprati.com con envío a domicilio, la alternativa de “retiro en tienda” o el retiro en más de 150 puntos de terceros a nivel nacional. O con la opción de vendedores virtuales, que asisten a los clientes que desean realizar sus compras de manera remota, mientras que las tiendas físicas brindan todas las comodidades para integrar la experiencia digital. “Este sistema nos ha permitido mantener una recuperación sostenida en lo que va del año”.

Etafashion logró ingresar en sus tiendas productos que se ajustaban a las necesidades del momento, “apalancando nuestros departamentos de belleza, hogar y tecnología”.

Efectos en tratamientos de estética

Al inicio del confinamiento, muchas industrias pasaron a segundo plano y la economía de los servicios se vio extremadamente afectada y una de las áreas que más fue golpeada fue la estética, pues la gente pensaba que si no salía de casa no necesitaba lucir bien.

Publicidad

Sin embargo, en países como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Australia se registró un incremento de pacientes que buscaban tratamientos estéticos como rellenos labiales, bótox, estiramientos faciales y rinoplastias. En Ecuador la realidad fue diferente por el tema económico principalmente, indica Kalos Estética Médica, cuyos especialistas aprovecharon ese tiempo para fortalecer conocimientos.

Ahora, conforme las medidas se van relajando y poco a poco la economía retoma su camino, la demanda de tratamientos de bienestar ha crecido. Según Verónica Bravo CEO de Kalos Estética Médica, muchas personas han buscado alternativas que les permitan mejorar su estado físico, fortalecer su sistema inmunológico y llevar un régimen alimenticio saludable, para evitar que el COVID los afecte.

Una de las zonas corporales más afectadas por la pandemia ha sido la piel y el cabello. La especialista explica que, a consecuencia del uso constante de la mascarilla de protección, han aparecido brotes de acné en el rostro, que requieren de atención inmediata. Lo mismo sucede con el cabello, que, a consecuencia de la enfermedad se ha debilitado y ha aparecido la alopecia.

Cita una investigación de la Universidad de Massachusetts, que indica que el COVID-19 deja algunas secuelas como erupciones de urticaria, papuloescamosas e inflamación de manos y pies. Estas señales en la piel, mencionaron los investigadores, se pueden presentar hasta por 60 días, porque “la piel es una ventana visible potencial a la inflamación que podría estar ocurriendo en el cuerpo”. (I)