El presidente Daniel Noboa Azín empieza este sábado 24 de mayo del 2025 su primer periodo completo de cuatro años, tras cumplir 18 meses de mandato asumido tras la muerte cruzada declarada, el 17 de mayo del 2023. por el gobierno anterior de Guillermo Lasso.
Noboa ha adelantado que en este nuevo periodo priorizará el crecimiento económico del país, después de haber “puesto la casa en orden” en el año y medio anterior.
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Para el economista Hernando Chiriboga, docente de Business School de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), los efectos de muchas políticas públicas suelen manifestarse con rezago, y los resultados que se observan en el corto plazo muchas veces reflejan decisiones tomadas por Administraciones anteriores. Y evaluar se vuelve aún más desafiante cuando se analiza a un presidente que asumió el poder en la mitad de un periodo y que apenas ha completado unos meses en el cargo.
Aun así, Chiriboga dice que es posible revisar algunos indicadores clave que permiten trazar un panorama general del contexto económico que ha acompañado este arranque de gobierno y ofrecer un balance preliminar con base en los datos disponibles, como el de la inflación. Ecuador, al estar dolarizado, vive de forma directa el impacto de la política monetaria de Estados Unidos. Por ello, resulta relevante comparar ambos contextos.
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Señala que, entre noviembre de 2023 y marzo de 2025, la inflación mensual en Ecuador fue sistemáticamente más baja que la de Estados Unidos, con una diferencia promedio de -1,64 puntos porcentuales.
Por ejemplo, en diciembre de 2024, mientras la inflación en EE. UU. se ubicó en 2,9 %, en Ecuador fue de 0,53 %. Incluso en los meses en los que hubo repuntes (como abril de 2024, con una inflación mensual de 2,75 %), las cifras ecuatorianas se estabilizaron rápidamente. Esta contención inflacionaria ha brindado cierta previsibilidad a consumidores y empresas, en un contexto regional marcado por presiones inflacionarias persistentes, explica Chiriboga.
Pero para el analista económico y político Joselo Andrade la mayor parte de la gestión del presidente ha estado marcada por una contracción económica significativa, atribuible en parte a los apagones, la incertidumbre electoral y la creciente inseguridad.
Y apunta la ausencia de “reformas importantes y urgentes”, como ir hacia la firma de más acuerdos comerciales para vender en mercados con alto poder adquisitivo, una reforma laboral profunda que facilite la contratación y desarrollo de las empresas, un marco normativo nuevo para atraer banca extranjera y así tener tasas de interés más bajas y financiamiento para el aparato productivo, una reforma al sistema de seguridad social insostenible y una reforma del Estado que apunte a reducir el gasto y mejorar su utilización.
En este contexto, según Andrade, se han aumentado impuestos con el objetivo de “disminuir el déficit del Estado”, pero sin un enfoque en mejorar la calidad del gasto ni en reducir la burocracia innecesaria.
No obstante, el incremento de impuestos ha dado resultados, aunque con un costo, según Chiriboga. Señala que, para trazar una evolución de la economía ecuatoriana en la última década, se pueden seleccionar cuatro indicadores relevantes: PIB per cápita (como medida del crecimiento económico), coeficiente de Gini (como indicador de desigualdad), índice de expectativas económicas (reflejo de la percepción empresarial) y la recaudación fiscal.
Sin embargo, resalta que entre todos los indicadores revisados, el que sí puede vincularse directamente a la actual administración es el aumento de la recaudación fiscal, que alcanzó los $ 17.169 millones en 2024, el nivel más alto de la última década. Este crecimiento se explica principalmente por el aumento del impuesto al valor agregado (IVA) del 12 % al 15 % desde el 1 de abril del 2024, y otras reformas tributarias impulsadas por el Ejecutivo y aprobadas por la Asamblea Nacional.
Incremento del IVA permitió más ingresos, pero mermó el crecimiento
De acuerdo con Chiriboga, la mayor recaudación ha permitido al Estado cubrir compromisos urgentes y financiar programas clave, en un contexto de restricciones fiscales acumuladas. No obstante, este avance también conlleva un costo social: las familias y empresas disponen de menos ingresos líquidos, lo que puede afectar el consumo y la inversión privada en el corto plazo.
El analista Alberto Acosta Burneo asegura que en este corto periodo de gobierno hubo aciertos: “Trabajó y se comprometió con poner en orden las cuentas fiscales, lo cual es importante. Sin orden en las cuentas fiscales, no puede haber crecimiento económico”.
Califica el incremento del IVA como la medida tributaria más importante del Gobierno, que elevó sus ingresos significativamente, pero asimismo mermó el crecimiento. “Ya vimos que el año pasado fue un año complejo de contracción económica, no solo por los impuestos: empezamos el año con una crisis de seguridad, después hemos incrementado impuestos y, finalmente, apagones de hasta 14 horas diarias; todo eso redujo el crecimiento económico”.
Liberalización de las gasolinas se considera exitosa
Otra medida exitosa, a criterio de Acosta, fue el esquema de estabilización de los precios de los combustibles. Este sistema incluye topes para que el precio no se incremente más del 5 % ni baje más del 10 % al mes, en función del precio internacional del petróleo.
Asegura que esta focalización de los precios de gasolinas es una medida que no se había logrado aplicar durante mucho tiempo y ahora Ecuador tiene precios de mercado para las gasolinas de 85 octanos (extra y ecopaís), lo que para Acosta permite “dejar de desperdiciar recursos en un subsidio que beneficia a quien más tiene”.
En mayo del 2024, el galón de gasolina extra y ecopaís estaba en $ 2,465. Era un precio congelado por años por el subsidio que aplicaba el Estado; solo se había hecho un leve ajuste cuando subió la tarifa del impuesto al valor agregado (IVA). En mayo del 2025, las gasolinas volvieron al mismo precio que cuando empezó la reducción del subsidio.
Reformas estructurales
A modo de conclusión, Chiriboga señala que la administración de Daniel Noboa termina este periodo con una relativa estabilidad macroeconómica después del descalabro del COVID. La inflación está bajo control, la recaudación fiscal ha mejorado y la percepción empresarial se ha fortalecido. Sin embargo, el crecimiento económico sigue siendo moderado y la desigualdad continúa siendo un desafío estructural. “La gran incógnita será si esta estabilidad podrá traducirse en crecimiento sostenido, mayor inclusión social y dinamismo productivo durante los próximos años. Por el bien de todos, esperemos que la respuesta sea sí”.
Andrade, por su parte, dice que mientras se mantenga este curso de acción, el país seguirá recurriendo, de tanto en tanto, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos o Gobiernos para solicitar nuevos créditos. “En fin, hoy se abre una valiosa ventana de oportunidad para avanzar hacia las reformas que el Ecuador necesita. Esperemos no se nos pase el tren una vez más”.
Y para Acosta, en este nuevo periodo se deben aplicar cambios de fondo que liberen las trabas que existen en la actualidad en la inversión privada, “por ejemplo, en los mal llamados sectores estratégicos, que no son otra cosa que monopolios estatales, grandes sectores de la economía donde la inversión privada es solo una expedición y en la práctica no se lo permite”.
Indicadores
- Cuando Noboa Azín asumió el poder en noviembre del 2023 el saldo de la deuda pública interna era de $ 29.883,37 millones, mientras que en febrero de este año —el último dato oficial del Banco Central— la cifra es de $ 36.085 millones.
- La producción petrolera el 23 de noviembre del 2023 era de 491.292,79 millones de barriles de petróleo al día, y el 21 de mayo pasado fue de 467.667,48 millones de barriles diarios.
- Otro índice medible es el riesgo país, que el 23 de noviembre del 2023 estaba en 1.925 puntos y el 22 de mayo del 2025 estuvo en 1.014.
- En lo que respecta a la tasa de desempleo, en agosto del 2023 se ubicó en el 3,5 %, mientras que en marzo de 2025 fue del 3,3%. Mientras, que la tasa de empleo adecuado pasó del 35 % al 34,2 % en marzo del 2025. (I)