Reducir la brecha salarial y garantizar la equidad de género es un reto social que se traslada también a las empresas. Romper con las barreras que impiden a las mujeres desempeñarse en áreas tradicionalmente masculinas, es uno de los objetivos.

A esto se suma la responsabilidad de las empresas para evitar y sancionar, en caso de ocurrir, los casos de acoso o abuso sexual que puedan darse en una compañía o negocio. ¿Qué hacer para estimular el desarrollo mujeres y hombres en igualdad de condiciones?

El cambio pasa por el desafío de cambiar la mentalidad y de generar políticas internas que favorezcan la equidad de género. “Consideramos que el hecho de tener esa diversidad de los equipos dentro de la organización nos hace más fuertes y hace que podamos contribuir de mejor manera en el país”, señaló Annabelle Rodríguez, vicepresidenta de Comunicaciones y asuntos corporativos en Nestlé.

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En el caso de esta empresa, el 50 % de las posiciones de liderazgo están ocupadas por mujeres; su presencia es de 34 % en cadena logística; 27 % en el área de fábricas; y 21 % en ventas.

En éste último campo, Rodríguez comentó en una entrevista con EL UNIVERSO el caso de una mujer que contrataron para el área de ventas, sector tradicionalmente ocupado por hombres. Se volvió un reto grande para ella pero se ha conformado un equipo que ha dado muy buenos resultados.

Por eso, ella cree que el reto más importante es que las mujeres sean conscientes de que pueden derribar esas barreras y ser capaces de cumplir cualquier función. Las empresas cumplen su parte, por ejemplo, garantizando que en la terna para ocupar un cargo haya presencia femenina.

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Y en el caso de que se conozca que una persona tiene aptitudes para un cargo, en un reclutamiento interno, pero no aplica, preocuparse de saber qué le impidió hacerlo. Ahí se pueden encontrar aspectos que mejorar, incluida la comunicación.

Por eso, Rodríguez sugirió la creación de espacios de comunicación y debate interno. “Son muy válidos, útiles para mujeres y hombres, para entender que en un contexto como el que estamos actualmente, poder trabajar juntos y poder contribuir, es lo más enriquecedor”.

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Ahí se pueden discutir temas como el acoso sexual. “Esa conversación transparente permite eliminar estos sesgos o poner claro cuál es la filosofía de la compañía”, señaló. Además, permiten la definición de oportunidades de desarrollo.

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En el caso de esta compañía, se creó un Comité de balance de género, donde personal de todas las áreas se reúne para evaluar el desarrollo de las mujeres en la empresa. Por ejemplo, se identifica qué condiciones de trabajo falta aplicar.

Esto ha permitido, por ejemplo, implementar espacios como las salas de lactancia. Además, generar mensajes para temas como el acoso sexual. “Eso hace que culturalmente se rompan algunos mitos y se aclaren principios”, destacó.

Otro aspecto clave es la alianza con instituciones para tener contactos externos que permita generar una red de apoyo. Se puede compartir y “encadenar ese soporte que como organizaciones podemos tener y dar”.

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Rodríguez añade tres consejos para fortalecer el balance de género en las empresas:

  1. Tener profunda convicción y visión. Si no existe eso es difícil que lo demás funcione
  2. Generar el contexto para que suceda. Aplicar políticas y equidad en el manejo de las mismas, para tener igualdad de oportunidades
  3. Entrenar y capacitar para trabajar en la cultura organizacional y favorezca el contexto

“El balance de género no es un tema de moda sino de gestión de negocios. Se demuestra, de todas las formas, que un equipo diverso en balance de género son mucho más productivos y claros en lo que haces. Llegan a respuestas diferentes, son más innovadores y emprendedores”, concluyó Rodríguez. (I)