"Al haber vivido en carne propia las consecuencias de la más oprobiosa violación al principio de independencia de los jueces, reivindico con autoridad suficiente la necesidad de profundizar en el respeto a la independencia de las decisones de los jueces... (La justicia) no debe claudicar a intereses personales o de grupos de poder, y menos a intereses políticos o de militancias, del color que fueren, pues ser administrador de justicia riñe con la militancia política partidista y le resta imparcialidad".