Sentadas en las veredas, cubiertas con alguna cobija o manta, intentando soportar el intenso frío, incluso aguantando el hambre por largas horas de espera, pero, ante todo, angustiadas, permanecen decenas de personas en la parte frontal del Hospital General Docente Ambato (HGDA). Ellos son pacientes que esperan ser atendidos o familiares que aguardan alguna información del estado de salud de sus parientes.