Un estudio realizado en México demuestra que algunas especies de aves pueden ser longevas debido al tamaño de su cerebro.

Una de las razones de la longevidad de algunas aves, como el cuervo y el loro, radica en su cerebro. Biólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México estudiaron por años a aves con un cerebro más grande en proporción a su cuerpo y destacan que esta particularidad genética les permite sobrevivir hábilmente frente a sus depredadores.

Según la investigación realizada por estos científicos, el cerebro es un órgano que cuesta mantener en funcionamiento y los de tamaño grande conllevan un gasto de energía mayor. El cerebro humano representa solo el 2% de nuestra masa corporal, pero consume el 20% de nuestras calorías.

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Un ejemplo de esto es que en cautiverio, los cuervos pueden vivir hasta 50 años y algunas especies de loros llegan a vivir casi un siglo.

¿Cómo funciona en las aves inteligentes?

Una hipótesis es que el cerebro grande le otorga al ave una flexibilidad cuando se enfrenta a un desafío. Puede resolver el problema de supervivencia, lo que les deja ventaja frente a otras especies. Igual que un humano cuando quiere suplir sus necesidades de vida.

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“Si no tienes depredadores que te devoren o si no te mueres de hambre, entonces los procesos evolutivos pueden comenzar a actuar sobre otros mecanismos que te permitirán tener una vida más larga”, dijo Alejandro González-Voyer, uno de los biólogos a cargo del estudio.

Los científicos analizaron a 300 especies de aves comparando la esperanza de vida y el tamaño de su cerebro. Incluyeron una variedad de familias aviares con diferentes rangos de desarrollo y las estudiaron durante su proceso evolutivo.

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Concluyeron en que las aves con un cerebro proporcionalmente más grande que el tamaño de su cuerpo respondía mejor a técnicas de sobrevivencia.

Ilustración para graficar este artículo. Foto: Pixabay.

"Una esperanza de vida mayor podría hacer que merezca la pena invertir en un cerebro más grande aunque consuma más energía. Un desarrollo lento hacia la madurez hace que se distribuya el inmenso coste calórico del cerebro a lo largo del tiempo, lo que permite aprender trucos de supervivencia durante toda su vida, maximizando así los beneficios de tener un cerebro más grande", cita el estudio publicado por Evolution.

Más cercanos a la extinción

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A pesar de su longevidad, el estudio resalta que a estas aves les lleva más tiempo alcanzar el número de población que tenían antes por lo que es más posible su extinción. (I)